lunes, agosto 19, 2019

El pensamiento racional no es racionalista

En lenguaje coloquial se le llama “racionalista” a cualquier persona que defiende o está a favor de la “razón” o la “racionalidad”, que la prioriza por encima de revelaciones, fanatismos, autoridades, intuiciones, emociones, sentimientos, voluntarismos, etcétera. Por lo tanto es fácil asociar “pensamiento racional” con “racionalismo”. Bien.

Pero el “racionalismo” es también una posición epistemológica o gnoseológica. Así es en filosofía, campo de la cultura al cual pertenece la epistemología o gnoseología como frente específico para atacar el problema del conocer y el conocimiento. Y en este sentido el pensamiento racional no es racionalista. La pareja dialéctica*, esto es, la oposición filosófica al racionalismo, es el empirismo. El pensamiento racional tampoco es empirista.

Sin retroceder a los antecedentes clásicos griegos, partamos del debate del siglo XVII sobre las “ideas innatas” y la “experiencia”. Los racionalistas, como Descartes y Leibniz, defendieron las “ideas innatas” como principios o fundamentos últimos del conocimiento, no en sentido genético, sino entendidas como ideas a priori. El concepto “a priori” no significa “antes de”. El concepto “a posteriori” no significa “después de”. Lo que estos conceptos significan es “independiente de la experiencia” en el caso de “a priori” y “dependiente de la experiencia” en el caso de “a posteriori”. En este último caso, lo que depende de la experiencia tiene que haberse generado, en la práctica, después de la experiencia. De ahí que se mezcle con la idea de tiempo, pero eso es más bien circunstancial. Al depurarse filosóficamente la idea de la pareja “a priori” / “a posteriori”, hay que abstraerse del factor tiempo, que no resulta determinante. Esto se ve más claro si nos enfocamos en el concepto “a priori”, pues “independiente de la experiencia” no significa anterioridad ni que el tiempo sea relevante al caso.

En otras palabras, los racionalistas del siglo XVII eran aprioristas y para ellos el conocimiento era trascendente a la experiencia. Parece un enfoque poco científico, y ciertamente no era muy disruptivo con la escolástica, pero estaba inspirado en la matemática. Usaban el método deductivo a partir de axiomas o “primeros principios” (aunque suene pleonástico), al “modo geométrico euclidiano”, como hizo el racionalista Spinoza con su ética. El problema para los racionalistas era explicar de dónde salían esos axiomas o principios. La solución escolástica era Dios (dios cristiano). La solución cartesiana era psicologista, una especie de “intuición racional” que captaba “verdades evidentes” como el cogito ergo sum. Una solución tan mágica como la escolástica, así que no sorprende que igual se terminara colando la divinidad cristiana. [En mi concepto el iniciador de la Modernidad es Bacon, no Descartes como suelen exponerlo los manuales, pero ese es otro tema].

Los empiristas, por su lado, defendían la tabula rasa y usaban el método inductivo como vía ascendente desde la experiencia a las leyes generales. Era la posición de los filósofos británicos posteriores a Francis Bacon, como Locke o el caso extremo del obispo Berkeley que reducía la experiencia a la percepción, tal cual haría el antropólogo Carlos Castaneda en el siglo XX al narrar sus aventuras con el brujo Juan Matus. El empirismo encajaba mejor con la ciencia empírica, como bien lo indica Isaac Newton en sus Principia de 1687. No es casual que la Royal Society colocara el cuadro de Bacon presidiendo sus reuniones, en las cuales era común que se hicieran experimentos en vivo. Pero la idea de la tabula rasa es tan mítica como las ideas innatas o a priori.

El debate era entonces: Razón trascendente vs los fácilmente engañables sentidos humanos. Ambas posiciones estaban equivocadas. Algunos como Hume o Kant exploraron combinaciones, pero fracasaron porque faltaba Darwin, es decir, la perspectiva de la evolución biológica.

Nota Bene: Sobre el empirista Hume y el apriorista trascendental Kant ver mi artículo La filosofía biopsicologista de David Hume en revista Amauta de Uniatlántico: http://investigaciones.uniatlantico.edu.co/revistas/index.php/Amauta/article/view/657 También está en Academia.edu y Research Gate.


¿Cómo resolvió este problema epistemológico el dúo dinámico de la ciencia y la filosofía del siglo XX y la filosofía científica del siglo XXI?

Con las siguientes ideas:
  • Los axiomas son postulados, no verdades evidentes
  • La lógica y la matemática son ficción, juegos formales
  • La estructura axiomática de una teoría empírica es hipotético - deductiva
  • Lo innato en un organismo cualquiera es producto de la evolución biológica, por tanto el a priori ontogenético es un a posteriori filosgenético. Así que nada es a priori.
  • La observación tiene carga teórica y sesgos biopsicológicos. Un objetivo de la metodología científica, en cualquier ciencia empírica, debe ser perfeccionar la depuración de datos y, a la vez, hacer explícitos sus presupuestos.
  • Los datos tienen la última palabra, pero no son absolutos. Por tanto la crítica de datos exige nuevos datos.
  • No existe un fundamento último del conocimiento, no hay verdades apodícticas, el fundacionalismo ha muerto.
  • No hay Razón trascendente, apriorística. Hay razón animal como función del sistema nervioso central de algunos organismos, no necesariamente humanos. La podemos exosomatizar parcialmente en artefactos lingüísticos y no lingüísticos.
  • No podemos asignarle un valor de verdad a una teoría empírica, pero sí podemos establecer que una teoría es mejor que otra.
  • Las teorías científicas son aparatos conceptuales constructores de modelos; son los modelos, no las teorías, los que se contrastan empíricamente.
  • Dado que el conocimiento no es trascendental ni apriorístico, la epistemología debe “naturalizarse”, esto es, el problema del conocimiento debe abordarse científica y tecnológicamente. Científicamente utilizando biología evolutiva, neurociencia y psicología experimental. También usando disciplinas sociales pues el conocimiento científico es colectivo, no individual. Tecnológicamente desde la robótica e inteligencia artificial. La filosofía es transversal a todo ello.

Todo lo anterior confluye en dos conceptos que actúan como ideal regulador:
  • Rigor lógico
  • Rigor experimental
La ciencia y la filosofía actúan en llave con el objetivo de optimizar el control de calidad del conocimiento maximizando el rigor lógico y el rigor experimental.

Volviendo al tema inicial. Solía decir que la pelea secular de racionalismo y empirismo terminó en empate. Ahora prefiero decir que, cual partido de baloncesto escolar, el empirismo ganó 51 a 49.
Agregando: finalmente el pensamiento racional es racioempirista.

Jorge Senior

Coletilla: al no haber Razón Trascendental, el concepto de “universal” pierde toda connotación racionalista y se torna un concepto empírico que se refiere a una totalidad de facto como, por ejemplo, la especie humana, la humanidad actual, el planeta Tierra o el universo observable.

*“Dialéctica” aquí se debe entender en sentido clásico, griego, no comprometido con la dialéctica marxista o hegeliana.

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