miércoles, agosto 14, 2019

Estados Unidos, imperio bipolar en decadencia

Estados Unidos es un país cada vez más bipolar y esquizoide. Es tal la polarización que se podría hablar de dos países: 

(1) El país avanzado con la ciencia y la tecnología de punta, las mejores universidades del mundo y una visión liberal de la vida, que se ubica en las dos costas principalmente, con New York, Massachusetts y California a la vanguardia (las zonas industriales tradicionales fueron su origen histórico). Aquí predomina la base social demócrata y liberal. 

(2) El país arcaico del cinturón biblico (Bible Belt), de tradicional economía campesina y visión conservadora de la vida, atrasado en los principales indicadores de educación, ciencia, tecnología; un país atrapado por el fundamentalismo religioso irracional (que nada tiene que envidiarle a los yihadistas), que defiende el creacionismo, niega la evolución y el cambio climático, rinde culto a las armas de fuego (con las cuales producen masacres escolares cada rato) (base social de la NRA, una organización que parece de un país salvaje tipo Far West de hace 170 años, época en que se robaron medio México), niegan los hechos pero creen a pie juntillas las postverdades y fake news o tonterias como los flatearthers). Como si fuera poco tiene organizaciones como el KKK, rednecks y otras bellezas de la barbarie primermundista. Aquí predomina la base social republicana. 

En el siglo XXI este abismo es, además, educacional, como prueban diversos estudios, y van separando una élite profesional, educada y progresista de una masa ignorante con mentalidad retrógrada que es presa fácil del populismo (estas dos categorías no agotan ni mucho menos el abigarrado paisaje social de este complejo país atravesado por fracturas religiosas y raciales). El viejo esquema marxista se hace añicos cuando sectores con mejores ingresos (y educación por tanto) son progresistas, mientras sectores empobrecidos son retardatarios. 

No sobra decir que, en este contexto bipolar, los oscurantismos que dañan a las izquierdas a nivel mundial con sus exageraciones y locuras, tales como el posmodernismo y el construccionismo social, brindan munición fácil en bandeja de plata a los populismos de derecha capaces de llevar a la presidencia a ignorantones como Reagan, Bush 1 y sobre todo 2 y ahora Trump. Súmale un sistema electoral irracional donde la minoría gana (como en 2000 y 2016) y tienes la tormenta perfecta. 

Al final, la conclusión es que el siglo XXI marca el paso del testigo de la carrera mundial de Norteamérica a Asia. No hay manera que este imperio decadente le gane a los asiáticos con la China a la cabeza. Los propios fanáticos del "Make America Great Again" son los sepultureros de la gloria envejecida, los encargados de hundir el barco en medio del naufragio. Esperemos que no arrastren al planeta entero en su vorágine destructora.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Sigue las reglas de la argumentación racional