sábado, agosto 17, 2019

La visita de Jane Goodall

Originalmente publicada el 15 de noviembre de 2015 

Reseñemos brevemente la visita de Jane Goodall a Santa Marta, como parte de su programa con la fundación Roots and Shoots creada por ella años atrás para concientizar sobre el medio ambiente y que actualmente tiene una red de más de 150 mil grupos con más de un millón de personas en 141 países. Tras una vida dedicada a la primatología esta tarea de concientización es la principal misión de Jane que a pesar de su avanzada edad permanece viajando alrededor del globo 300 días al año (precisamente ahora venía de Cuba). Su charla, abierta a todo público, parte de su propia biografía, de su experiencia vital, para llegar a un panorama de la situación ambiental global marcada por el cambio climático antropogénico y la sexta gran extinción masiva, fenómenos que ya están en curso.

Como siempre, la charla empezó con su presentación en lenguaje chimpancé (ver sus conferencias en TED). Su historia de vida muestra que el gran motor de la ciencia es la curiosidad y no la competitividad ni la publicación de papers. Una curiosidad que empieza en la infancia (y que la escuela suele aniquilar). Adicionalmente, ella fue en parte autodidacta, en parte empírica, con el apoyo clave de Louis Leakey, hasta que prácticamente la obligaron a estudiar un doctorado... sin haber estudiado una carrera! Ella había sido secretaria, mesera y era de extracción pobre. Su choque con la Academia fue frontal, pues los ilustres doctores le indicaron que estaba haciendo todo mal por antropomorfizar e involucrar sentimientos, pero a la postre su descubrimento fundamental, que los chimpancés fabrican herramientas rudimentarias, tienen sociedades complejas, personalidades individuales, y otras características que se creían exclusivamente humanas, terminó imponiéndose. Hoy se acepta que la diferencia entre humanos y chimpancés es de grado y no una diferencia cualitativa o esencial.

A mediados de los 80 se hace evidente que los territorios boscosos habitados por chimpancés, bonobos y gorilas en África, están siendo talados y arrasados por fuerza de la dinámica económica y demográfica poniendo dramáticamente en peligro la supervivencia de estas especies en libertad. Esto la impulsa a ir más allá de la primatología para iniciar su tarea de concientización a escala mundial de la cual saldrá la red de Roots and Shoots mencionada arriba. Aquí Jane hace notar que este daño se origina en la colonización de África por los europeos, quienes extrajeron recursos y esclavos de ese continente. 

El discurso de Goodall es capaz de denunciar la dinámica empresarial del capitalismo (tala, agricultura, ganadería, minería, contaminación industrial, etc) que está poniendo en peligro hasta la propia supervivencia de la humanidad al hacer inhabitable nuestro único hogar, el planeta Tierra. Pero esa denuncia es genérica, sin nombres, sin confrontación política, y sufre la paradoja de ser instrumentalizada por las empresas que serían precisamente objeto de tales denuncias. Así, por ejemplo, este evento es patrocinado por la Drummond (!). Su planteamiento no va a la problemática estructural sino que apela a las buenas conciencias, a los niños y jóvenes (que siempre son sensibles a este discurso hasta que llegan a la edad de producir). Lo social no aparece en el discurso ni en el evento mismo, ni parece ser característica, al menos de este capítulo, de Roots and Shoots. 

Jane Goodall, tras dibujar un panorama alarmante sobre el cambio climático y sus consecuencias escalables, cifra sus esperanzas en el cerebro humano, en las nuevas generaciones, en la resiliencia de la naturaleza. La consigna de pensar globalmente y actuar localmente es correcta y la labor motivacional de su fundación es loable, pero se necesita mucho más que eso para cambiar el rumbo que llevamos hacia el desastre y la extinción.

Con referencia a Colombia señaló cómo nuestra geografía nos ubica con responsabilidades ineludibles sobre los dos principales biomas del mundo: la jungla tropical y los océanos. Y mencionó con alegría y optimismo la posibilidad de que el conflicto armado colombiano por fin termine. 
Personalmente, queda la satisfacción de haber conocido a esta gran científica, leyenda viva de la historia de la biología del siglo XX.

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