lunes, agosto 19, 2019

De lecturas y escrituras en 2015

De lecturas y escrituras: Balance personal 2015, por Jorge Senior

Pudiera parecer paradójico, pero la Academia en nuestro medio es muchas veces un estorbo para el viaje letrado por los libros y artículos que a uno realmente le interesan. Sea estudiante, profesor o administrativo, la Academia distrae y dispersa, te ahoga en detalles irrelevantes en el pantano de la cositería. Pero mi yo diletante no se rinde y pelea sus espacios de libertad, y en algunos años logra mejores itinerarios que en otros. En tal sentido, la navegación del 2015 superó al periplo 2014.

Aunque el actual mundo conectado en redes nos permite monitorear día a día, casi en tiempo real, la producción de conocimiento, esta nota no hace el balance de las noticias científicas del año, ni tampoco de las lecturas de artículos o bases de datos sobre aspectos puntuales, sino que alude a la vieja costumbre de leer libros en papel.

De la mano de viejos conocidos como Taleb, Dennet, Wilson, Estupinyá, Wade, Ridley, Carr, Ruse y Moulines o de nuevos como Campbell, Harari, Tetaz y Livio, seguimos avanzando en la exploración de algunos temas, especialmente en torno a la base biológica de la sociedad humana, su pasado, presente y futuro. 

Así, con Mario Livio repasamos la historia de la ciencia pero bajo un ángulo algo novedoso: los errores de Darwin, Kelvin, Einstein, Hoyle y Pauling, y añádale el ingrediente de datos nuevos provenientes de recientes investigaciones historiográficas. Con Ulises Moulines, en el único libro digital de la temporada, revisitamos a dos viejos amigos, Popper y Kuhn, para no perder el hábito. Con Jeremy Campbell me arriesgué a leer un texto largo de hace 25 años, es decir muy antiguo, sobre el más dinámico de los temas, la inteligencia artificial. Contra todo pronóstico valió la pena. Y con Raymond Carr, el historiador inglés, realicé un viaje al modo tradicional al pasado de España en simultánea con el viaje real a su presente. 

La filosofía política no es de mis preferencias, precisamente porque he vivido la política muy de cerca y dejan mucho que desear los enfoques (o desenfoques) que pululan en este campo. Pero de Unilibre Bogotá me llegaron 2 buenos textos escritos por profesores de allá. Uno escrito por Vanessa Lorena Battaglino sobre Rawls, Sen y Nussbaum (la filósofa que este año vino a Medellín) y otro de varios autores y del cual sólo leí algunos capítulos.

De Nicholas Taleb leí su tercer libro, desordenado y anecdótico como los anteriores, pero sugerente e interesante como siempre. En éste, Taleb lleva su enfoque sobre matemática y mundo a un nivel mayor de generalización, tratando de apuntalar el concepto de Antifragilidad. En una línea similar, el argentino Martín Tetaz muestra el papel del azar en la sociedad.

En literatura siempre me rajo. En este año se celebró el sesquicentenario del nacimiento del poeta judío sefardí Abraham Zacarías López Penha, así que repasé sus escritos o sobre él (su importancia no es tanto por su obra poética sino por su rol cultural y sus ideas de avanzada para la época). Allen Ginsberg fue un raro descubrimiento. Piedad Bonnet fue un buen encuentro. Y Pablo Montoya fue medio decepcionante, no he podido terminar su novela tríptica. El ensayo de mi amigo Yezid Arteta fue sorprendente y además de la guerra y la paz, tiene mucho que ver con literatura, una literatura que desconozco en demasía. 

En el tema de guerra y paz en la historia colombiana, los libros del CNMH y, en especial, Basta Ya!, al igual que los textos de la Comisión Histórica, han sido claves para el artículo que estoy escribiendo al respecto, pero esto es lectura de consulta. 

El resto de libros leídos se enmarca en el tema amplio de la fundamentación biológica de las ciencias sociales o, en otras palabras, el aporte desde la biología evolutiva, la genética, la epigenética, las neurociencias, la sociobiología, a la comprensión de la sociedad humana y su devenir (también la memética que no es biología pero se inspiró en ella). Daniel Dennet busca la base biológica de la religión, Nicholas Wade retoma la discusión sobre las razas (publiqué una reseña de este libro en la revista Advocatus), Edward Wilson abandona la selección de parentesco y se apunta en la selección de grupo y selección multinivel para entender la eusocialidad humana, Pere Estupinyá recorre el tema de la sexualidad humana (pero creo que no supera al Ladrón de Cerebros) y Yuval Noah Harari, aprovechando los últimos avances, reescribe el Gran Relato, esto es, la respuesta a los tres interrogantes clásicos: ¿de dónde venimos, qué somos y adónde vamos? (en estos días publico su reseña aquí en el muro).

Michael Ruse y Matt Ridley, con dos viejos libros mal leídos antes, permitieron repasar sociobiología y genética humana. Frans De Waal me defraudó y no he podido terminar su libro. De Mario Bunge hice múltiples relecturas con motivo de su evento en Argentina. Mientras tanto, Thomas Piketty sigue esperando.

2015 arrojó también la oportunidad de escuchar personalmente a tres autores de talla mundial, como Steven Pinker, Mario Bunge y Jane Goodal. Faltó haber ido a Medellín cuando estuvo Nussbaum o Pepe Mujica y Lula. Todo esto fue en otras ciudades, en Barranquilla no hubo nada, un desierto intelectual, qué pobreza.

De los debates de feisbuk quedan ejercicios a manera de pre-print, que luego se metamorfosean en conferencias, ponencias y artículos. Fue el caso de las notas colgadas en este muro: La libertad de expresión sobre ideas o creencias no tiene límites (a raíz del atentado a la revista Charlie Hebdo y sus debates subsecuentes, sirvió para conferencia en congreso escolar de filosofía), ¿Por qué Watson y Crick ganaron la carrera de la doble hélice? (sirvió para una charla en la U y unos estudiantes la usaron en clase), El futuro de las ciencias sociales y el retorno de los metarrelatos (sirvió para la ponencia La Biologización de las Ciencias Sociales en el evento de Bunge en Buenos Aires), El Gran Relato (servirá para varias charlas). (Ver otras entradas en este blog).

Otros ejercicios feisbukeanos en 2015 incluyen un breve comentario sobre los límites epistémicos de la historiografía, una propuesta sobre el sistema electoral, una columna irónica sobre la virtuosa moral electoral de los colombianos, el test sobre homofobia y el artículo La cuestión islámica: simplificar es equivocarse. 

La conferencia en Pasto sobre cosmología no nació de ejercicios feisbukeanos ni el viaje de la misión de logística portuaria por diversos países tuvo que ver con producción intelectual, al menos por ahora. 

Curiosidades: Fui coautor de un capítulo de libro sobre aspectos psicosociales en la producción del queso costeño y este año se publicó en la revista Amauta de Uniatlántico, la transcripción de una entrevista que hace 20 años hice al filósofo Rubén Jaramillo para el programa radial El Sonar del Búho. Buen homenaje al programa y al filósofo.

En la función editorial mantenemos la dinámica con cinco revistas universitarias (en algunas me tocó escribir sus editoriales, los cuales siempre procuro que sean de contenido, a manera de artículos cortos, por ejemplo hubo uno sobre el sistema de salud en Cuba y lo que Colombia podría aprender de ahí) y la publicación de varios textos de profesores. Ya estamos alistando el número 2015 de la revista Academia Libre (200 páginas) sobre el tema de guerra, paz y posconflicto, que incluye un artículo del suscrito en el cual se recorre la historia de la violencia política en Colombia, aunque el eje son las FARC (hay otra entrada en este blog al respecto con enlace al artículo).

El 2016 pinta bien, pues arrancaremos con Stiglitz, Piketty, Chang y Harari en Cartagena.

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