domingo, junio 21, 2020

Conspiranoicos al gratín (primera parte)


Como si fuera poco todo lo que ha sucedido en 2020, este mes de junio nos depara un extraordinario fenómeno astronómico que tendrá un fuerte impacto sobre el planeta.  En pleno solsticio de verano del hemisferio norte, el 21 de junio, se producirá un raro eclipse anular de sol, y debido a una tormenta solar habrá tres días de oscuridad en todo el mundo.  Este extraño fenómeno producirá intensas auroras boreales y afectará la ionosfera, lo cual podría dañar los satélites, interrumpir las telecomunicaciones y afectar aún más la economía, ya de por sí deteriorada por la pandemia.  Esta noticia científica (ver NASA) no ha sido divulgada por los medios de comunicación, pues los gobiernos temen que el pánico cause desórdenes y caos en las calles.

Si usted, estimado lector, se tragó el cuento del párrafo anterior, sintió miedo o al menos le generó alguna duda, significa que pertenece a la población vulnerable a la pandemia conspiranoica.  Si le produjo risa, o al menos una sonrisa, usted es un lector crítico que ya tiene antígenos contra la infección de fake news y “teorías conspirativas”.  En el ejemplo de arriba el veneno está en “los tres días de oscuridad”, una simpática profecía religiosa, algo que un bachiller sabe que no puede ocurrir (¿o será que no lo sabe?). Tampoco se pueden predecir las tormentas solares ni éstas tienen que ver con eclipses, un maravilloso fenómeno que no implica peligro alguno.

El lector crítico también sonreirá con sano escepticismo ante las siguientes preguntas: ¿Es real el SARS-CoV-2? ¿es de origen artificial? ¿se trata de una guerra biológica? ¿existe la Covid19 o es un invento? ¿es la pandemia un macabro plan para un “nuevo orden mundial”? ¿o una trama para vender una vacuna o para dominarnos con un chip o para matarnos con la 5G?  ¿Las estadísticas de contagios y muertos por Covid19 son exageradas o por el contrario son minimizadas ocultando las verdaderas? ¿el dióxido de cloro (o cualquier otra sustancia) es la cura plena de la patología pero la Big Pharma quiere ocultarlo?  Ante tales preguntas la mente vulnerable mostrará cierta predisposición a creer que nada es por azar y que todo obedece a un plan urdido por los malos contra los buenos.  Y tenderá a exagerar las capacidades de la ciencia o a subestimarlas, según conveniencia, con tal de ver confirmado su prejuicio.

¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?, preguntaba Marx, no Carlitos, sino Groucho.  La broma tiene carga de profundidad.  Ilustra perfecto la hazaña de los siglos XV al XVII, cuando un puñado de empiristas se rebeló contra el argumento de autoridad y el dogma, pariendo lo que se conoce como la revolución científica.  Pero el asunto no es tan sencillo.  Durante miles de años los humanos fueron terraplaneros, en perfecto acuerdo con lo que los ojos mostraban.  Probar la redondez de la Tierra, como hizo Eratóstenes hace 2.300 años, exigió observar mejor, no agudizando la vista sino el pensamiento, pues había que mirar y medir sombras y hacer cálculos. 

En los últimos 500 años se probó hasta la saciedad la redondez de la Tierra como verdad objetiva.  ¿Cómo es posible que haya en la actualidad creyentes en la planitud del planeta?  El lector podría hacer el mismo ejercicio que realicé para dilucidar este asunto.  Entrevisté a estudiantes universitarios y los desafié a refutar la tesis terraplanera sin ayuda de google.  La mayoría no pudo ofrecer argumentos experimentales que se basaran en última instancia en sus propios ojos. En otras palabras, habían pasado por la escuela y aprendido que la Tierra es redonda o esferoide de una manera dogmática.  O como diría un fanático terraplanero, “fueron adoctrinados”. 

Y esa no es la única falla del sistema educativo.  Antes del presente siglo los niños tenían un escaso acceso a la información y el conocimiento.  La mayoría no tenía enciclopedias en sus casas y las bibliotecas en los colegios, si acaso existían, eran pobres en contenido.  Hoy llevan en el bolsillo mucha más información y conocimiento que la mejor equipada de las bibliotecas de antaño.  Pero en ese mismo bolsillo hay toneladas de basura, desinformación, mentiras y estupideces de toda índole.  Y mientras la buena información hay que buscarla activamente, la desinformación te llega sin esfuerzo gracias a las redes sociales, que se parecen a los arroyos de Barranquilla cuando llueve y arrastran cualquier cantidad de basura que gente irresponsable arroja en ellos.  Tanto que se precia el Ministerio de Educación de la enseñanza por competencias y los estudiantes no aprenden la más básica de todas en el mundo actual: saber filtrar la información, distinguir el grano de la paja.

Estas dos falencias, la enseñanza dogmática y la incapacidad de filtrar la buena información, son sólo ejemplos de una problemática más general del sistema educativo: no hay enseñanza – aprendizaje de pensamiento crítico.  Y si no hay pensamiento crítico, no hay ciudadanía.  En tal caso somos súbditos de la confusión, fácilmente manipulables, animales hackeables, rebaño sin inmunidad.  Ese es el caso del conspiranoico común, cuyo perfil psicológico es el de un crédulo que se cree incrédulo.  Por eso no suele ser creyente de una sola “teoría conspirativa”, sino de muchas. 

Empecemos por diferenciar dos tipos de conspiranoicos: el productor y el receptor.  Mientras el receptor es un ingenuo que no sabe que lo es, el productor es probablemente un avivato que saca ventaja de la ingenuidad de una audiencia y se lucra con ella.  Suele suceder que el conspiranoico productor de “teorías conspirativas” es un cínico que ni siquiera cree en ellas, pero aún si se cree su propio cuento, al menos es evidente que hay una racionalidad económica detrás y, a veces, política.  En contraste, el conspiranoico común es un receptor crédulo y un replicador acrítico, y como todo alienado juega para el equipo contrario al meterse un autogol.

Otra distinción es entre conspiranoias absurdas y plausibles.  Lo que caracteriza la conspiranoia no es lo estrafalario de la creencia, que es algo sólo aplicable en algunos casos, sino la narrativa del ocultamiento adrede, la conspiración, y el acto de fé en esa narrativa con independencia de las evidencias.  ¿Y acaso no existen conspiraciones reales? Claro que sí, pero el secreto sólo es posible en un número bajo de personas afines, las conspiraciones reales son puntuales, no perduran en el tiempo a través de décadas o generaciones, y son vulnerables a la investigación desde múltiples ángulos institucionales y geopolíticos. Los engaños masivos, como la religión o ciertas ideologías políticas, no son fenómenos que se expliquen como una conspiración.  El traje invisible del emperador es psicología de masas.

Creer que el virus no existe o que la pandemia es un invento es absurdo, pues choca de frente contra todo conocimiento geopolítico y sociopolítico, así que se cae de su peso de entrada.  Pero creer que el virus salió de un laboratorio por algún problema de bioseguridad o que podría ser un artefacto, es decir, un virus modificado técnicamente tiene cierta plausibilidad y merece ser investigado.  El problema del conspiranoico es que no investiga sino que prejuzga, llevado por su pereza mental y compulsión de sospechar, y de ahí en adelante opera el sesgo de confirmación y se hace refractario a toda evidencia contraria que sea producto de investigaciones serias.  Prefiere creerle a un youtuber que a Nature. Su afán no es conocer la verdad objetiva sino confirmar su prejuicio a como dé lugar.
Algunas conspistorietas son inocuas, estrafalarias y hollywoodenses, como la invasión de los reptilianos, los extraterrestres del Área 51 o el lunático montaje de los alunizajes.  Pero hay otras que se basan en el temor a nuevas tecnologías desconocidas, exagerando sus riesgos o inventando efectos inexistentes.  El problema en estos casos es que el ruido paranoide entorpece la deliberación pública racional y basada en evidencias.

En la primera mitad del siglo XIX se temía la velocidad de los trenes y sus posibles efectos en la salud, pese a que no rebasaba los 50 km/h.  Hoy esa historia da risa.  También sucedió lo contrario.  Por ejemplo, la pintura undark, que era radiactiva no generó desconfianza y se puso de moda en 1917.  Se la untaban hasta en uñas y dientes.  Una moda letal.

El riesgo tecnológico siempre debe investigarse y evaluarse.  Hay una larga historia de tecnologías perjudiciales para la salud y el medio ambiente, empezando por el uso de los combustibles fósiles.  ¿Cuántos muertos y heridos genera la industria automovilística por accidentes y contaminación local y global?  Pero las sociedades definen su cuota de riesgo aceptable y prefieren no prescindir de tecnologías útiles o cómodas. 

En la “guerra del ozono” entre 1974 y 1980 los científicos críticos de la industria de aerosoles y refrigeración tuvieron razón sobre el efecto de los gases CFC.  Y la historia también le dio la razón al científico Claire Patterson en su lucha contra el plomo en la gasolina (ver episodio 7 de la serie Cosmos, segunda época), el mismo elemento que había envenenado a los romanos con sus plomerías. Otro caso es el asbesto usado en la construcción y cuya prohibición en Colombia fracasó 7 veces en el Congreso hasta que por fin se aprobó en 2019 gracias a la presión ciudadana y las recomendaciones de la OMS.  Pero en todos esos casos son científicos los que prueban el efecto nocivo, no youtubers ni influencers, ni autores de libros con hambre de ventas. 

En contraste, el resultado evaluativo de las investigaciones científicas sobre la relación entre vacunas y autismo es negativo, el proyecto HAARP no tiene ni el poder ni la peligrosidad que se le atribuye y los chemtrails son completamente inocuos.  También ha salido negativo el estudio sobre posibles efectos nocivos de antenas y torres electrícas.  Y con las 5G, una tecnología nueva que nada tiene que ver con la pandemia, las investigaciones están en curso sin que hasta ahora haya señales de algún efecto nocivo.  Sin embargo, debe investigarse más, no sólo en el aspecto físico y sus efectos en salud, sino sobre todo en las implicaciones sociales y políticas de la integración de un conjunto de tecnologías informáticas: lA, internet de las cosas, Big Data, robótica.

El campo de las llamadas “medicinas alternativas” es otro terreno fértil para “teorías conspirativas” estafadoras, que en este caso se mezclan con pseudociencias, un fenómeno diferente que tendremos que abordar en otra ocasión. 

En la segunda parte (próxima columna) desnudaremos algunas teorías conspiranoicas sobre la pandemia actual que se volvieron virales en 2020.  Mostraremos cómo se originan en grupos de extrema derecha asociados a sectores religiosos y militares. Y analizaremos por qué personas de izquierda tragan entero estas publicaciones y se convierten en idiotas útiles de la derecha al multiplicar su difusión.

sábado, junio 06, 2020

¿Nuevo orden mundial?


Si buscas en google la frase entrecomillada “nuevo orden mundial”, ¿Cuántos resultados crees que salgan?  En español hay alrededor de 4 millones.  Pero si buscas “New World Order”, puedes llegar a los 20 millones.  Sería interesante haber hecho este ejercicio una vez al mes desde enero, pues creo que la cifra se ha disparado y así podríamos corroborarlo.  En todo caso la frase está de moda en las redes sociales, pulula por doquier, casi siempre asociada a un discurso conspirativo simplón, que raya en el delirio de persecusión y el victimismo, y se basa en la ignorancia. Su entrada en wikipedia advierte “no se debe confundir con la conspiración judeo-masónico-comunista internacional”.  Parece un chiste.  

El concepto serio de “nuevo orden mundial” es antiguo en geopolítica y en historia.  Por ejemplo, en 1945 aparece un nuevo orden mundial como resultado de la guerra que involucró a todo el hemisferio norte, generando una correlación bipolar de superpotencias en permanente guerra fría y poco después surge la ONU y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.  Hay también una nueva dinámica económica, con fuerte rol del estado en inversión y regulación, y un enfoque keynesiano en la política, lo que llevará a un gran crecimiento en la riqueza material y a un tipo de democracia social conocida como estado de bienestar.  Y en el otro polo se consolida un modelo de socialismo de estado en el bloque soviético que, sin embargo, se derrumbaría 45 años después, con lo cual tenemos otra vez un nuevo orden mundial en 1990.  Este tema lo tratamos hace poco en una columna anterior y lo profundizamos en este video.

No toda crisis por profunda que sea es capaz de producir un nuevo contexto de poder entre las naciones y las ideologías.  Por ejemplo, hace un siglo tuvo lugar la Gran Guerra Europea que ahora se conoce como “la primera guerra mundial” y al final de esos cuatro terribles años se produjo una revolución anticapitalista en el país de mayor tamaño y luego una pandemia de influenza que causó más muertos que la propia guerra.  Sin embargo, no surgió un nuevo orden mundial.  En el marco del Tratado de Versalles se creó la Sociedad de las Naciones que se proponía establecer las bases para la paz duradera a partir de una reorganización de las relaciones internacionales.  Mas no hubo tal.  Por el contrario, hubo más de lo mismo y hasta peor, como lo evidencia el hecho de la crisis económica de 1929 y la siguiente guerra de mayor escala.      

En 2020 enfrentamos una pandemia más global que cualquier otra.  En un contexto totalitario la economía seguiría funcionando así murieran algunos millones de personas.  Que de forma intencional se haya frenado parcialmente la economía como estrategia de defensa anticontagio, es un indicador de que el valor democrático de la vida se impuso a los intereses de los negocios (aunque fue evidente que gobernantes populistas como Trump, Bolsonaro y Johnson lo hicieron a regañadientes y con deficiencia). ¡Es una victoria democrática! 

La emergencia ha demostrado de manera contundente el desastre social y ambiental que ha generado la hegemonía neoliberal y su fundamentalismo de mercado durante los últimos cuarenta años en gran parte del mundo.  El sector público de la salud fue desmantelado.  El sistema educativo ha fracasado, arrodillado al pensamiento mágico y la fragmentación del saber. El empleo se ha hundido en el pantano de la inestabilidad, precariedad e informalidad debido a la política de “flexibilidad laboral”.  La desigualdad y la miseria se han incrementado.  La investigación científica se ha desfinanciado, debilitando su infraestructura.  El efecto invernadero, la pérdida dramática de biodiversidad y la acidificación de los océanos se han desbocado y amenazan la supervivencia de la civilización.

Es entonces el momento de reclamar masivamente el regreso del estado social remasterizado y la economía mixta, el fortalecimiento de lo público, el despliegue de nuevas y audaces formas de política social incluyente, como la renta básica universal.  Que vuelva Keynes, que venga la vieja socialdemocracia, dirán algunos.  Que resucite el liberalismo social, dirían otros en Colombia.  Sí, hay que aprender las lecciones positivas del pasado, pero hay también nuevas ideas que se pueden conjugar creativamente, nuevas opciones como la propuesta por Thomas Piketty, por ejemplo.  Ese es el nuevo orden mundial que necesitamos, un orden postneoliberal, con raigambre social.  Y en eso es que deberíamos estar pensando.

El Estado de Bienestar ha sido la mejor forma de sociedad jamás construída, probada en la realidad de los hechos durante décadas y debe resurgir repotenciado, actualizado a la altura del siglo XXI, dotado de una política antropocénica para enfrentar el cambio climático.  En Colombia lo llamamos Estado Social de Derecho y lo han venido desmontando desde 1993, cuando de lo que se trata es de profundizarlo.  No hablamos de resistencia, sino de construcción de futuro para todos.  La reivindicación del Estado Social de Derecho, columna vertebral de la Constitución del 91, no será el fruto espontáneo de una crisis pandémica, sino el objetivo de un movimiento multitudinario de los trabajadores, que somos todos los empleados profesionales o no profesionales, los desempleados, los subempleados, los informales y los rebuscadores.  

El nuevo orden que soñamos tendrá que ser necesariamente implacable contra la corrupción.  La clase politiquera se ha apropiado del estado y lo ha podrido de corrupción con un beneficio doble: se enriquecen con la contratocracia y logran desprestigiar lo público para que la gente no crea en ello y vea la privatización como la salvación.  Con cara ganan ellos y con sello también.  Entre el neoliberalismo que debemos sepultar en el pasado y el futuro estado social, se levanta la barrera de la corrupción.  Contra ella lo hemos intentado casi todo, excepto la pena de muerte.  Es hora de considerar esa opción, ¿no les parece?

No es eficiente la deliberación racional sobre un nuevo orden mundial liberador y postneoliberal, como propuesta política progresista, mientras los fanáticos de las llamadas “teorías conspirativas” generen tanto ruido desorientador con su alborotada paranoia de un imaginario “nuevo orden mundial” opresivo, sin fundamento geopolítico ni tecnocientífico alguno.  Estos idiotas útiles, alebrestados por el confinamiento y el auge de las redes sociales, hacen eco a Trump y sus trinos descabellados, con un sancocho contradictorio de insensateces que simplifica a niveles absurdos y ridículos la situación que vivimos.  Según ellos la pandemia es un engaño, totalmente inexistente, o tal vez sí existe, pero es un fenómeno artificial.  En cualquiera de los dos casos es un plan diabólico fabricado por…. ¿el partido comunista chino? ¿Bill Gates? ¿el Club Bilderberg? ¿Putín y Trump cogidos de la mano? ¿la Big Pharma?  ¿los judíos? ¿los Illuminati? ¿los bancos?  Tamaña inconsistencia se resuelve con una mágica frase evasiva: “la élite mundial”, un oscuro colectivo siempre indefinido, pero de alguna forma caracterizado por su perfecta unidad sin fisuras, su solidez a toda prueba, su fantástica cohesión y capacidad maquiavélica infinita.  Con su estéril sofisma de distracción los conspiranoicos son funcionales al sistema.  Por eso, la próxima columna va enfocada al análisis de este fenómeno psicosocial y a tratar de responder esta pregunta: ¿por qué tanta gente de izquierda traga entero teorías conspiranoicas que origina la extrema derecha?



Esbozo del perfil psicológico cultural del conspiranoico común


Material en construcción

PERFIL PSICOLÓGICO CULTURAL DEL CONSPIRANOICO MEMÉTICO

Grosso modo, el siguiente es el perfil del conspiranoico receptor:

·         Habla de élites dominantes pero nunca ha leído un libro o un artículo científico sobre economía oligopólica, concentración de la riqueza, historia económica o macroeconomía. Y menos aún ha investigado al respecto.
·         Habla sobre tecnologías para la dominación u opresión, pero nunca ha estudiado tecnología ni mucho menos la ciencia en la cual ésta se basa. Menos aún conoce la historia de las tecnologías.
·         Habla de geopolítica, pero ni siquiera es capaz de ubicar a Vietnam o Afganistán en un mapamundi sin letras. Ni es capaz de hacer un resumen de la primera o la segunda guerra mundial, ni sabe que era la Tricontinental. En su mente no está el mapa político ideológico de los partidos y fuerzas políticas y sociales de las potencias.  Y conoce muy poco sobre la ONU u otras entidades multilaterales.
·         Habla del “sistema”, “el poder” y “la dominación” en la sociedad, pero no ha leído a Marx, ni a Weber, ni estudia las ciencias sociales o la historiografía.
·         Habla contra la ciencia o temas relacionados con ciencias, pero no la estudia, ni es capaz de identificar científicos prestigiosos actuales, laboratorios o centros de investigación, publicaciones científicas y su historia.  Tampoco sabe cómo funciona la ciencia, ni desde el punto de vista sociológico ni metodológico.
·         Habla de “engaño”, pero no investiga las fuentes ni los intereses de los emisores de videos, libros y memes conspiranoicos.
·         Cree ejercer el pensamiento crítico pero no tiene ni idea qué es eso, cree que es igual a ser crítico o poner en duda todo “lo oficial”. No sabe lógica ni teoría de la argumentación, ni qué es una falacia, ni cuáles son los sesgos psicológicos más comunes.
·         El conspiranoico no tiene formación política o ideológica definidas, pero sí un popurrí de memes (en el sentido de Dawkins) en la cabeza, un sancocho de pedacitos de ideas variopintas.
·         Aunque cumpla en un alto porcentaje con la descripción anterior, un conspiranoico no tiene que ser un analfabeta o un ignorante.  Puede ser un profesional o un emprendedor o un rebuscador que conoce su oficio y que se desenvuelve de manera funcional en la vida económica y cotidiana.  Tiene una inteligencia inquieta, pero carece de referentes firmes (sean científicos, religiosos o ideológicos) y no tiene la humildad de reconocer su ignorancia en un tema, ni la entereza y honestidad intelectual de ponerse a estudiarlo con seriedad y rigor.
·         El conspiranoico no es un dogmático sino un confuso.  Absorbe creencias de todo tipo, a veces contradictorias entre sí, cuyo rasgo común paranoide es el secreto, el ocultismo, el engaño.  La frase típica del conspi, su lema de cabecera, es "¡nos están engañando!”.  Si le preguntas ¿quiénes nos engañan?, la respuesta es “Ellos”. Si insistes ¿quiénes son “ellos”?, apareceran etiquetas amorfas como “corporaciones”, “élites”, nombres de clubes o sociedades secretas famosas (irónico).
·         En el perfil del conspiranoico la creencia puntual no tiene que ser estrafalaria o disparatada.  Muchas veces la creencia es plausible, si se abordase como una hipótesis.  El problema de la actitud conspiranoica se observa en el abordaje del asunto en cuestión:
o   Sesgo de confirmación, de atención, de selección
o   No entendimiento de la aleatoriedad y la estadística
o   Terror a la disonancia cognitiva
o   Predisposición a confundir simbolismos con evidencias
o   Carencia de herramientas conceptuales para investigar la sociedad
o   Raigambre emocional en el miedo, el resentimiento, la desconfianza y otras emociones negativas
o   Sensación positiva agradable de autoestima exagerada   (a mí no me engañan)
o   Predisposición ansiosa a encontrar patrones sin la disposición correspondiente a pasarlo por el cedazo del examen probatorio (irrefutabilidad, hipótesis ad hoc)
o   Maniqueísmo de telenovela: el mundo se explica con malos y buenos
o   Es más vulnerable a creer en una teoría conspirativa quien ya cree en otra

sábado, mayo 30, 2020

¿Qué es una política antropocénica?


¿Qué es una política antropocénica?

Por Jorge Senior

En una frase, de manera muy simplificada, una política antropocénica es aquella centrada en enfrentar el cambio climático.

En un sentido más complejo una política antropocénica se define a partir del concepto de Antropoceno y sus implicaciones.  Este concepto lo que hace es destacar el impacto de la especie humana en el Sistema Tierra para delimitar así un período tanto geológico como biológico en la historia del planeta.  Pero también puede entenderse como el contexto histórico en el cual la especie humana asume la responsabilidad de gestionar el Sistema Tierra como única praxis racional de supervivencia de la civilización y de la biodiversidad presente, lo cual en términos filosóficos de estirpe kantiana corresponde a un estado de adultez o mayoría de edad de la humanidad.

Examinemos los dos niveles del análisis: el impacto y la asunción de responsabilidad.

El impacto o huella puede entenderse en un sentido neutro, como dejar una señal detectable en un futuro del tiempo geológico, por ejemplo, 10 millones de años.  En un ejercicio imaginario es como si la especie humana se extinguiera ahora y un hipotético geólogo dentro de 10 millones de años fuese capaz de detectar su huella en las capas de la corteza continental o del fondo oceánico.   Esto es factible porque más del 98% de la variedad de moléculas que hay actualmente en la Tierra son de origen artificial.  En otras palabras, esas moléculas o sustancias no existirían si la especie humana no hubiese surgido.  Y algunas perduran largo tiempo, especialmente si están enterradas o dentro de un sólido.

En otro sentido -que ya no tiene nada de neutro- puede entenderse como la especie humana convertida en fuerza geológica capaz de alterar los ciclos biogeoquímicos en la atmósfera, los océanos y los continentes e incluso en el magma y las placas tectónicas.  Veamoslo más de cerca.

La revolución industrial desde hace poco más de dos siglos hasta hoy ha logrado alterar la composición química de la atmósfera, produciendo calentamiento global por gases de efecto invernadero.  Este pequeño cambio genera reacciones en cadena por retroalimentación positiva, produciendo una aceleración incontrolable del calentamiento. Esto sucede, por ejemplo, debido al derretimiento del hielo en zonas polares lo que cambia el albedo terrestre (menos reflexión de la luz solar, más absorción = más calentamiento) o por descongelamiento del permafrost en Siberia, Canadá y Groenlandia, liberando metano, un poderoso gas de efecto invernadero.  Son apenas dos ejemplos relevantes, entre otros.  El calentamiento puede afectar la civilización por la elevación del nivel del mar, inundando zonas litorales, pero eso es lo de menos.  Puede también afectar el régimen de lluvias, el ciclo del agua, afectando la agricultura y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria, con impredecibles consecuencias sociales.  Pero lo más grave de todo es el daño a los ecosistemas de mayor biodiversidad, lo cual puede descontrolar la cadena trófica y producir una extinción masiva que se suma a la que ya está en curso por acción directa.  En efecto, el Homo Sapiens ha sobredepredado directamente a la naturaleza viva por medio de la cacería a gran escala, la deforestación y destrucción de ecosistemas, la sobrepesca, el impacto de algunas tecnologías en especies polinizadoras (o en aves migratorias), el uso de la tierra para funciones agrícolas, ganaderas u otras, reduciendo los bosques, los arrecifes de coral, los manglares.  Aún hay otro aspecto más: la acidificación de los océanos, una amenaza grave a su biodiversidad. 

Si sumamos todos estos aspectos, calentamiento, sobredepredación, acidificación, el resultado es una amenaza para la biosfera de magnitud semejante a la producida en las extinciones masivas que marcó el final de los períodos pérmico o cretácico.  Un paleontólogo dentro de 10 millones de años detectaría en sus excavaciones una extinción masiva de vertebrados y otras especies ocurrida en un tiempo increíblemente corto.  Sería la extinción masiva más extraña de todas, única en su velocidad. Y al ser la biosfera una fuerza geológica actuante en el sistema Tierra, su afectación conllevará cambios geológicos.

En este recuento no hemos mencionado las afectaciones locales, como la contaminación, la lluvia ácida, la salitrización del suelo, la construcción de represas, los movimientos de tierra de la minería y la urbanización, la erosión acelerada, etc.  Pero todo va sumando.  La civilización de consumo exacerbado genera doble carga sobre los ecosistemas: primero al extraer recursos y luego al expulsar residuos.  En ese proceso fluye la materia y la energía, pero en una forma distinta a los ciclos naturales, con la probable consecuencia de que no se configuren ciclos renovables o incluso que no sean cíclicos en absoluto.

La conclusión de lo dicho en los últimos párrafos es que la humanidad se ha convertido en una fuerza de impacto planetario, para bien o para mal, a favor de la vida o en contra de ella.  Y una consecuencia fundamental es que la especie humana es el mayor peligro para sí misma.  Por encima de los supervolcanes, los meteoritos, las supernovas o cualquier otro desastre natural imaginable, pues aunque estos sean más poderosos, también son mucho más improbables en un período de tiempo corto (unos cuantos milenios).       

He mencionado en varias ocasiones el concepto “Sistema Tierra”.  Es un concepto demasiado complejo para desarrollarlo en este breve escrito, pero resaltemos que es la columna vertebral de las ciencias de la Tierra (Earth Sciences).  Es un concepto diferente a la famosa “hipótesis Gaia”, que era una idea un tanto romántica y optimista, que fue refutada, pues hoy sabemos que el equilibrio dinámico del planeta y sus subsistemas no es automático ni está garantizado y que a lo largo de cuatro mil millones de años han sucedido todo tipo de situaciones catastróficas, en algunos casos llevando a la vida al borde de su desaparición.  Es cierto que existen procesos cíclicos de retroalimentación en la circulación de la materia y la energía que funcionan como termostatos (aunque no se debe olvidar que esa autorregulación dura miles de años e incluye fluctuaciones), de ahí que se pueda hablar de “equilibrio dinámico” de la Tierra que brinda cierto rango de estabilidad para la vida.  Pero también hay retroalimentaciones desequilibrantes, capaces de sacar al Sistema Tierra del régimen de condiciones apropiado para las actuales formas de vida y para la civilización humana.  Es el caso de la reacción en cadena que vimos arriba que parte de la liberación en la atmósfera de gases de efecto invernadero y desencadena un recalentamiento acelerado incontrolable una vez pase cierto nivel crítico.    

Vamos al segundo punto del análisis: la responsabilidad humana en la gestión del Sistema Tierra.

Si aceptamos la conclusión del primer punto, esto es, que somos el principal peligro para la biodiversidad y para nosotros mismos, entonces la consecuencia obvia, como segundo punto, es que tenemos que autorregularnos.  Fácil de decir pero tremendamente difícil de hacer.  Una política antropocénica es aquella que fundamentada en el primer punto, tiene por objetivo la autorregulación de la especie humana, la cual exige la autorregulación en toda escala: sistema internacional, naciones, comunidades locales, individuos.

Digo que es tremendamente difícil por las siguientes razones que paso a mencionar a continuación.
No hay gobernanza mundial que interprete lo que llamo la “racionalidad de la especie”.  Estamos divididos en más de 200 estados naciones supremamente desiguales, a pesar de que ha disminuído la desigualdad entre países desde la posguerra.  Estas naciones, además, suelen estar  en competencia.  Y cada país está dividido en múltiples sectores sociales, fuerzas políticas, razas o etnias, regiones, religiones, ideologías. 

En tal concierto de naciones predomina hoy el capitalismo y la democracia formal.  La relación entre capitalismo y democracia ha fluctuado entre la sinergia y el conflicto.  Hay conflicto, por ejemplo, cuando aumenta la desigualdad, crece la miseria y la exclusión, y el poder económico domina al poder político.  Y el capitalismo actual lleva 40 años de cuasi-hegemonía neoliberal, agudizando el conflicto con la democracia.  Una política antropocénica tiene que ser constructiva de un proyecto postneoliberal, con economía mixta y un estado social de derecho repotenciado.

Si nos enfocamos en la democracia actual, considerada “el menos malo” de los sistemas de toma de decisión, resulta que así como viene funcionando en la práctica no parece que permita emerger una racionalidad global.  Al menos no lo veo posible mientras no haya un nuevo sentido común.  Si calamos más profundo, por debajo de los sistemas políticos formales y examinamos el núcleo duro de la cultura, resalta la ausencia de un consenso de mínimos sobre el cambio climático (extrapolo el concepto de ética de minimos a la política de mínimos).  Una política antropocénica es una política de mínimos sobre el cambio climático, pero estos “mínimos” no son cualquier cosa.

Hay consenso de mínimos en este punto cuando una idea esencial para la doble convivencia (me refiero a la convivencia entre seres humanos  y entre estos y la naturaleza) se torna sentido común:  se acepta, se interioriza, se normaliza.  Estos mínimos fundamentales en la cultura política democrática tendrían que basarse en la cultura científica, pues es allí es donde reside el conocimiento sobre el sistema Tierra, el cambio climático y la predicción de efectos de las acciones humanas a escala planetaria.  Una política antropocénica fomenta la cultura científica y sostiene un proyecto educativo con ese objetivo, tal cual nos enseñó el movimiento de la Ilustración, sólo que ya no se trata del enciclopedismo del siglo de las luces, sino de una Ilustración actualizada al siglo XXI.  ¿Qué significa esto? Pues que construye una cosmovisión naturalista basada en la ciencia actual y en la filosofía científica de nuestro tiempo.   La política antropocénica se basa en la ecuación: cultura política democrática = cultura científica.

Aunque no se trate de una enumeración exhaustiva, sinteticemos algunos puntos clave a ser defendidos por una política antropocénica:

·      Una conciencia sobre el cambio climático, científicamente fundamentada, convertida en sentido común o consenso de mínimos y transversal a todo.
·   Un estado social de derecho repotenciado, profundizando la democracia y dando paso a una economía mixta postneoliberal.
·      Un proyecto educativo orientado a una cosmovisión naturalista como construcción de ciudadanía y democracia epistémica.
·   Una transición energética a una matriz no basada en combustibles fósiles sino en energías alternativas que sean ambientalmente amigables (hasta donde sea posible).
·         Una economía circular.
·         Un trabajo internacional en función de gobernanza mundial

Jorge Senior

Mayo2020, el año de la peste

jueves, mayo 28, 2020

El desafío del Relativismo: A manera de reseña


Este escrito de 2001 y publicado en revista Advocatus en 2011, se basa en el libro El desafío del Relativismo de autores varios publicado en 1997 por Editorial Trotta.  No es exactamente una reseña, sino una síntesis comentada de un aspecto que se desarrolla en el libro, cual es la elaboración de una tipología de relativismos.

El título ambiguo del presente texto, donde el relativismo puede ser el desafiante o el desafiado, demarca lo que a mi modo de ver constituye el principal problema filosófico de nuestro tiempo, presente en los más connotados debates intelectuales de la actualidad.

Este planteamiento lo considero válido tanto para la filosofía de la ciencia como para la ética y la filosofía política.  Y como estos territorios filosóficos están en la base del derecho, de la ciencias políticas, sociales y humanas, de los estudios culturales y la lingüística, de la lógica y de las ciencias duras, entonces se trata de un tema de gran interés para los que ejercen estas áreas y no sólo para los filósofos.  Es, por tanto, una encrucijada de caminos propicia para construir un fluído escenario interdisciplinario donde circulen las ideas y se pueda generar una dinámica académica extracurricular que enriquezca la vida intelectual de la universidad y fecunde el terreno para futuros eventos de altos kilates como la Conferencia Internacional de Filosofía de la Ciencia a realizarse en septiembre de 2001.

La razón por la cual el Relativismo se constituye en el gran desafío filosófico de nuestra época radica en la muerte de los fundacionalismos, el derrumbe de los Absolutos de toda índole, el desvanecimiento en el aire de los otrora sólidos fundamentos del conocimiento científico, de la moral, del progreso y de la universalidad del modernismo, erigidos todos ellos por la civilización occidental y por ella misma cuestionados en el siglo XX.

Ahora bien, no hay un relativismo sino muchos, aunque todos comparten algo que los caracteriza y permite englobarlos bajo un mismo apelativo.

También hay varias tipologías de los relativismos, varias formas de clasificarlos dependiendo, desde luego, de los criterios utilizados.  Una obvia manera de clasificarlos sería a lo largo de una gama lineal cuasicontínua de acuerdo a su grado de Radicalidad, desde un relativismo extremo o absoluto donde todo vale o nada vale (como un agnosticismo radical) hasta la total ausencia de relativismo propia del dogmático o de quienes creen poseer una base firme y antisísmica para sus edificios discursivos, un fundamento inamovible, universal, transhistórico y supracultural.

Alterno a la Radicalidad existen otros criterios, tales como:
·      el objeto relativizado,
·      el campo de discusión y
·      el contexto que limita la validez para los enunciados del caso.

Así, según el objeto, encontraremos los Relativismos Ontológico, Metodológico y Semántico.

Según el campo, tendremos los Relativismos Epistémico, Ético, Religioso, Estético y Jurídico, entre otros.

Según el contexto, habrá Relativismo Cultural, Histórico, Sociológico, Específico (relativo a la especie), Individual, cognitivo, etc.

Probablemente, los relativismos de mayor interés en nuestro medio -por ser los más frecuentes- serían:

·      El Relativismo Cultural, cuyo cuartel general se halla en la Antropología.
·      El Relativismo Histórico, con sede en la ciencia de la Historia.
·      El Relativismo Ético, residente en la filosofía Moral.
·      El Relativismo Epistémico, con epicentro en la Filosofía de la Ciencia.
·      El Relativismo Lingüístico, presente en todos los ámbitos pero, por supuesto, con énfasis en la Filosofía Analítica y en la propia Lingüística.
·      El Relativismo Cognoscitivo, muy fuerte en la Psicopedagogía o Psicología del Aprendizaje.
·      El Relativismo Jurídico, afincado de varias formas en el Derecho.

El Relativismo es una trinchera desde donde se dispara contra nociones como: objetividad, razón, racionalidad, verdad, significado, progreso, universalidad, modernidad.  Todos estos conceptos se ven problematizados por la crítica relativista, lo cual debe ser visto por todos como sano y enriquecedor.  Estos ataques, muy notorios en la últimas décadas, llevan a algunos a la eliminación tajante de varios de tales conceptos y a redefinir otros, mientras que para aquellos de talante antirrelativista estos debates han servido para afilar esos conceptos, ganando en precisión y rigor en sus argumentos.

La discusión filosófica sobre las tesis relativistas no sólo tienen gran interés teórico sino que, además, conlleva implicaciones prácticas y sociales muy importantes para los sitemas jurídicos y políticos, para los procesos educativos y formativos, las relaciones internacionales e interétnicas y la investigación científica, entre otros aspectos.

La polémica filosófica más conspicua de los últimos 20 años ha sido sin duda, el debate de Modernidad - Posmodernidad.  Pues bien, el meollo del asunto allí es precisamente el desafío relativista, es lo que abre la argumentación. 

Algo similar sucede con el manido tema de la globalización (un proceso que empezó hace 570 años con Enrique el navegante).  Las relaciones de lo Global y lo Local, de lo Universal y lo Particular, así como temas tan trajinados en nuestro medio como el de la “Identidad Cultural” del Caribe colombiano, tienen un eje vertebral en el problema que el relativismo instaura.

El relativismo se enmascara con disfraces multicolores en el carnaval de las ideas: pensamiento débil, constructivismo, instrumentalismo, convencionalismo, primado del contexto, posmodernismo.  Estas corrientes intelectuales o ideas de moda muestran que el relativismo está pasando por un cierto auge y por ello es que hablamos de desafío, ya que todas ellas inoculan mayores o menores dosis de subjetivismo, lo cual resulta problemático, por decir lo menos.

En estas corrientes de moda existen unas categorías de estirpe kantiana que guardan entre sí un aire de familia.  Una lista parcial de tales categorías es la siguiente: paradigmas, matrices disciplinares, programas de investigación, tradiciones, esquemas mentales, marcos teóricos, marcos conceptuales, epistemes, cosmovisiones, concepciones del mundo, juegos de lenguaje, culturas, sistemas, estructuras.  Estas dos últimas, en realidad van siempre acompañadas de adjetivos que las ubican en un determinado campo (estructuras mentales o sociales, sistemas jurídicos o económicos, por ejemplo).

¿Por qué califico de raíces kantianas a estas categorías?  Porque todas ellas se mueven en la misma dirección del famoso “giro copernicano” de Kant, subjetivizando y relativizando el percibir, el conocer y el juzgar a la manera como el pensador de Könisberg trabajó la intuición y el entendimiento, pero con una gran diferencia que es la que evita que Kant pueda ser considerado relativista.  Y es que para el filósofo prusiano las categorías, esquemas o marcos a priori en el sujeto eran infalibles, estáticos, absolutos, apodícticos, mientras que para los autores de hoy, son cambiantes, falibles y, por ende, relativos (además de pragmáticos y contingentes).

Creo que todos estamos de acuerdo con la muerte de los absolutos en materia de percepción, conocimiento o decisión racional, pero donde no hay acuerdo es en los pasos que se han de dar en dirección al relativismo y, sobre todo, en los límites de esa andadura, pues muchos no estamos dispuestos a abandonar la razón, la verdad o la objetividad.



Un libro incómodo


Reseña del libro Una herencia incómoda de Nicolas Wade
Esta reseña fue publicada en la revista Advocatus en 2015

Editorial Planeta, a través de su sello Ariel, ha publicado la que posiblemente es la obra más polémica de 2015 en los países de habla hispana, como ya lo había sido en 2014 en naciones angloparlantes.  Se trata del libro Una herencia incómoda, subtitulado Genes, raza e historia humana, autoría del editor de ciencia y tecnología del New York Times, Nicholas Wade.  El título original es A troublesome inheritance: genes, race and human history.

Wade es licenciado en ciencias naturales del King’s College (Universidad de Cambridge), ha sido editor de Nature y Science. Es autor de varios libros y numerosos artículos de divulgación científica e historia contemporánea de la ciencia.

El texto de Wade es un gran ensayo de revisión en torno a la evolución humana reciente y su trasfondo histórico.  El autor empieza por reconocer un factor clave que el “Modelo Estándar de las Ciencias Sociales” usualmente olvida: que el homo Sapiens es un animal y que la historia humana se desenvuelve en el marco de la evolución biológica. Los desarrollos recientes en diversos campos de las ciencias de la vida tienen un impacto profundo en las ciencias sociales. Genética, epigenética, evo-devo, genética de poblaciones humanas,  genografía, neurociencias, entre otras, constituyen disciplinas que en conjunto convergen en un campo sumamente dinámico en la actualidad, a veces denominado “Ciencias de la Naturaleza Humana”. 

En particular, la paleogenómica y la genografía han permitido rastrear la historia de las migraciones del ser humano moderno desde el África noroccidental a Eurasia, Oceanía y las Américas en los últimos 50 mil años, desplazando y eliminando a otros homínidos como Neanderthales y Denisovianos, no sin antes tener con ellos algún grado de hibridación. La gran capacidad de desplazamiento y ocupación de territorio de esta especie llevó a una diversificación notable, pero reciente, y en términos generales de tipo arborescente, generando múltiples variedades o razas.  Hoy sabemos que la humanidad tiene un origen común no muy lejano y que compartimos los mismos genes, pero también sabemos que durante milenios poblaciones más o menos grandes se separaron parcialmente, diferenciándose por sus frecuencias alélicas, y constituyendo subgrupos que aproximadamente coinciden con las tradicionales “razas” intuitivas que de manera no científica se establecieron al entremezclarse las culturas en los últimos siglos, muchas veces de manera violenta y opresiva.  Este proceso no debe entenderse como la ramificación en bloques homogéneos diferenciados entre sí, pues las poblaciones mantienen, en los pocos milenios transcurridos, una enorme heterogeneidad interna, fundamental para la supervivencia.      

El volumen tiene 10 capítulos. Los primeros cinco capítulos sustentan la tesis de la base biológica de la raza a partir de recientes desarrollos científicos y en contravía de la posición mayoritaria de los científicos sociales (por ejemplo la famosa declaración de la Asociación Americana de Antropología en 1998 que considera a la “raza” como un constructo social sin fundamento científico y por lo demás perjudicial). La segunda mitad del libro, reconoce el autor, entra a un terreno hasta cierto punto especulativo y se plantea la cuestión de si el comportamiento social, y por tanto la naturaleza de las sociedades humanas, ha experimentado un cambio evolutivo en el pasado reciente. Wade admite que no hay suficientes pruebas sobre el asunto, pero indica que se debe a que no ha habido una investigación sistemática al respecto y que urge hacerlo.  

Dado que el tema racial es sumamente sensible, no sólo en EEUU, las críticas no se hicieron esperar. Entre ellas, destaca una carta al NYT firmada por 143 profesores de universidades estadounidenses. En la edición en español Wade responde a estas críticas en el prefacio.

Independientemente de si Wade tiene o no razón en sus afirmaciones, resulta muy pertinente su lectura en facultades de derecho, ciencias sociales, ciencias de la salud, ciencias naturales, así como es importante generar espacios de discusión sobre la diversidad humana y sus implicaciones éticas, jurídicas y culturales, pues el concepto abstracto de igualdad no se sustenta en el desconocimiento de las diferencias existentes.

Este texto, además, hace parte de una creciente tendencia a la biologización de las ciencias sociales, como se expresa en las obras de Steven Pinker, Edward Wilson, Daniel Dennet, David Stamos y otros autores. Tendencia que suscita un intenso debate epistemológico en las ciencias sociales, enfrentando las posiciones extremas de los reduccionismos culturalista y biologista, con la visión integral que reconoce tanto el carácter biológico del ser humano como las propiedades emergentes de la organización social.

miércoles, mayo 27, 2020

Locos demenciales y locos geniales


“¡Usted es pura teoría y nada de práctica!” me espetó el  extraño sujeto en medio del público que abarrotaba el recién creado Planetario de Barranquilla hace 25 años.  Yo acaba de terminar una charla sobre la vida extraterrestre, apegado por supuesto al rigor científico de la astrobiología.  A renglón seguido el mismo individuo me hizo una invitación, que parecía más bien un desafío: acompañarlo a un encuentro cercano de tercer tipo con seres extraterrestres.  El convite implicaba viajar varias horas en campero 4X4, por territorio paramilitar, hasta una zona rural desconocida por los lados de la depresión momposina.  Sobra decir que me perdí semejante experiencia maravillosa con alienígenas camuflados y probablemente alienados.  Bueno, por algo estoy aquí echando el cuento.  O quizás sí era un fanático de la ufología, un hobby inocuo que enriquece a unos cuantos y entretiene a una minoría de ciudadanos, para quienes, quizás, la vida cotidiana no ofrece demasiados incentivos y sienten un incontenible apetito por lo extraordinario.  Sueñan con ser parte de una aventura hollywoodense y pasear como turistas de negro en el Área 51.

El Planetario de Barranquilla fue inaugurado el 25 de mayo de 1995, así que desde acá aprovecho para cantarle el japiverdi por cumplir ¼ de siglo.  Hoy sigue funcionando y puedo decir con orgullo que es nuestro legado a la ciudad gracias al apoyo infatigable de la Caja de Compensación Combarranquilla.  No es entonces un mal momento para conocer su interesante proceso que puedes leer aquí.  Es parte de la historia cultural de Barranquilla y de la historia de la astronomía en Colombia, pues allí nació la RAC (Red de Astronomía de Colombia) el 18 de agosto de 1997.

Durante los años en que fui su director tuve la oportunidad de escuchar a muchos “locos” -no sé si quitarle las comillas- con las más estrafalarias teorías.  Hubo uno que “demostró” que el número pi no era el irracional 3,14159etc que todos conocemos, sino la raíz cuadrada de 10.  Curiosamente, la Biblia comete un error parecido en 1 Reyes 7:23 con pi = 3 = raíz cuadrada de 9, pero se le perdona por ser antigua y elaborada por escribanos de un pueblo de pastores.  Al desarrollar nuestro amigo su “demostración” había un paso que era en realidad un salto maromero.  Con serenidad y paciencia, Solín, los allí presentes le explicamos el error, pero no hubo poder sobre la Tierra que lo convenciera.  Para él, nosotros y miles de matemáticos, millones de científicos y millardos de Homo Sapiens estábamos equivocados y sólo él había descubierto la verdad de lo que probablemente era un engaño intencional de superpoderosos en las sombras.  No lo convencerían ni siquiera los legisladores de Indiana, en Estados Unidos, que en 1897 trataron de imponer por ley que Pi era 3,2.  Y como suelo decir, al estilo de Estanislao Zuleta, que “la verdad no es democrática”, él astutamente tomaba mis palabras para usarlas a favor de su original descubrimiento.  Después supe que era judoka.

En otra ocasión, un señor de avanzada edad se me presentó con un “libro” de su autoría, que en realidad era un cuaderno de gran formato, cuidadosamente manuscrito y dotado de hermosos dibujos hechos con lápices de colores.  El libro contenía su profunda teoría del universo y resolvía los grandes misterios de la vida.  Usaba un método semejante a ciertos filósofos racionalistas: deducir la verdad a partir de grandes principios irrefutables e indemostrables, pero evidentes según ellos.  Como prueba de la seriedad de su teoría exhibía un certificado que demostraba que una copia de su libro reposaba en la biblioteca del congreso de los Estados Unidos.  De los dibujos recuerdo una mata de plátano.

En el planetario hacíamos muchas actividades diversas, además de las funciones: concursos literarios, olimpiadas de astronomía, ferias de la ciencia y la creatividad, foros pedagógicos, cursos para niños, salidas de observación, eventos nacionales, muestras itinerantes, periodismo científico.  Pero lo que recuerdo con más cariño eran las tertulias científicas de los jueves, conferencias gratuitas multitudinarias, casi siempre salpicadas con los apuntes y gracejos del neurólogo Jorge Arregocés.  Los barranquilleros llenaban la sala hasta los topes con la mayor parte de la gente de pie, todo un fenómeno inusitado en Curramba la Bella, para que vean que no todo es carnaval. 

En varias ocasiones trajimos científicos colombianos de talla internacional como Sergio Torres Arzayús, quien hizo parte del proyecto COBE de la NASA que descubrió las anisotropías de la radiación cósmica de fondo, lo que mereció un premio Nobel a su director, George Smoot (quien por cierto menciona a Torres en su libro Arrugas en el tiempo donde narra esa hazaña).

Pues bien, uno de esos invitados especiales fue el ingeniero payanés Juan Pablo Negret, sobrino del famoso escultor Edgar Negret, y quien trabajaba en el Fermilab, el superacelerador de partículas subatómicas ubicado en las cercanías de Chicago, por los lados de Batavia.  Negret fue parte del proyecto que llevó al descubrimiento del Quark Top, que completó la base empírica del modelo estándar de la física cuántica.  Cuando estábamos cenando en el restaurante de Combarranquilla, le conté a Negret algunas de mis anécdotas con los “locos” que solían asistir al planetario.  Entonces me dijo unas palabras que quedaron grabadas en mi cerebro: “si esos locos se hubieran criado en otro contexto social, proclive a la ciencia, probablemente serían buenos científicos”.  Medité mucho esa idea. Colombia tiene talentos, pero los desperdicia, los malcría, los frustra, los enloquece. #literal.

En Colombia hay que crear uno, dos, tres, muchos centros de divulgación como este epicentro de la cultura científica que nació en el barrio Boston de La Arenosa, hace 25 años, donde quedaba Carlos Dieppa y compañía en la avenida 20 de Julio.  Para que nuestros locos geniales no se vuelvan locos demenciales, como decía mi primo Rodolfo.  Para que nuestros niños y niñas no crean que el máximo sueño es ser un Pibe Valderrama o una Shakira, y aprendan que también pueden ser un Torres, Negret, Llinás o, ¿por qué no?, una Goodall, un Feynman, Turing o un Einstein tropical.     

Publicado en El Unicornio el 25 de mayo de 2020



lunes, mayo 25, 2020

Cronología de la astronomía y la divulgación científica en Barranquilla - Período 1991 - 2005

La siguiente cronología es un aporte para consultas sobre historia de la astronomía e historia de la divulgación científica en Colombia y está basada en memorias personales.  Es por tanto apenas un fragmento de los acontecimientos de la época y se centra en las actividades divulgativas realizadas por el suscrito.  Salvo que se indique otra cosa los acontecimientos se desarrollan en Barranquilla. Falta precisar algunas fechas. En otra entrada del blog desarrollamos la narración de esta historia y algunas anécdotas.

Se incluyen también algunos de los eventos astronómicos más destacados de la década: eclipses totales de sol de 1991 y 1998, choque del cometa Shoemaker-Levy-9 con Júpiter en julio de 1994, cometa Hale-Bopp visible a simple vista durante varios meses de 1996 y 1997.

En negrita todo lo atinente a astronomía.




1991:

En julio 11, una semana después de concluida la Asamblea Nacional Constituyente, hay un eclipse total de sol visible en Cali.

En este año estoy en actividades distintas a la ciencia que, sin embargo, van a tener un gran impacto sobre Barranquilla.  En particular, mi iniciativa y exigencia de que hubiese una consulta popular para escoger la candidatura a la alcaldía de Barranquilla por la coalición de convergencia democrática que se venía gestando va a ser determinante del futuro de la ciudad y el departamento en los siguientes años.  Sin embargo, también tiene como consecuencia que yo abandone la política y me dedique a la divulgación científica y el periodismo científico.

1992:

Julio 7: el cometa Shoemaker-Levy 9 rebasa el límite de Roche al acercarse a Júpiter y las fuerzas de marea lo rompen (esto se sabría después pues aún no había sido descubierto).

1993:

Regreso a Barranquilla.

Marzo 6: nace en Barranquilla el programa radial de divulgación científica El Radar y El Búho emitido los sábados a las 8 am por La Voz de la Patria.

Marzo 23: es descubierto el cometa Shoemaker-Levy-9 (después se revisarían fotografías de semanas anteriores y efectivamente ahí estaba, pero no fue notado)

Agosto: el segundo semestre El Radar y El Búho se transforma en El Sonar del Búho, pero sigue en La Voz de la Patria un tiempo.  En noviembre de 1993 hasta julio de 1996 pasará a FSI Radio en frecuencia diaria nocturna hasta julio de 1996 y posteriormente se emitirá por La Voz de la Costa desde agosto de 1996 hasta abril de 1998.  Entrevisto a muchos científicos, filósofos, académicos.  Una de esas entrevistas de 1994 está publicada en revista Amauta, Vol 13, No. 26, diciembre de 2015 (con el filósofo Rubén Jaramillo Vélez).

Me vinculo como socio a la fundación Amigos de la astronomía de Barranquilla.  Dicto un curso de astronomía de cuatro sesiones (10 horas) en la oficina de la fundación localizada en la Sociedad de Mejoras Públicas, segundo piso.  De ahí también saldrán varias amistades que me acompañarán en El Sonar del Búho o, más tarde, en el Planetario.

Octubre 4: conferencia El Sistema Solar en la Universidad del Atlántico.

Octubre 7 al 15: se celebra en Corferias la III Expociencia – Expotecnología y en ese marco el Taller Internacional de la RED-POP (Red de popularización de la ciencia y la tecnología de América Latina y el Caribe).  Asisto y hago cubrimiento para El Sonar del Búho, realizo varias entrevistas a científicos colombianos, hago contactos con la comunidad científica nacional, me adhiero a la RED-POP y a la Asociación Colombiana de Periodismo Científico ACPC que lidera Lisbeth Fog.  También me hago socio de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia ACAC.  De esta manera me integro a la comunidad científica colombiana con el propósito de promover la cultura científica en la ciudadanía. 

Noviembre 28: eclipse total de Luna visible en todo el hemisferio occidental; publico un artículo de página entera en El Heraldo, titulado Una madrugada sin luna, explicando cómo se producen los eclipses y algunas de sus características (incluye dibujos).

1994:

A lo largo del año realizo tres cursos de capacitación en astronomía dirigidos a docentes de colegios públicos (financiados por la Secretaría Municipal de Educación de Barranquilla y la Secretaría Departamental de Educación del Atlántico).  Aproximadamente 60 maestros de ciencias fueron capacitados.  De aquí resultarán varias amistades que serán multiplicadores de la enseñanza y la divulgación de la astronomía.  Comienza a gestarse un movimiento de cultura astronómica en Barranquilla y algunos municipios cercanos.

Durante 1994 las salidas de observación en las noches van haciéndose más frecuentes y masivas.  Esta actividad se realiza con la fundación. Cada día más la astronomía está de moda.
También a lo largo del año se consolida el apoyo de Monómeros Colombo Venezolanos con 50 millones de pesos para la compra de un pequeño planetario y se establecen las bases de un convenio entre la Caja de Compensación Combarranquilla y la fundación Amigos de la Astronomía para puesta en funcionamiento de un planetario en la nueva sede de la Caja, la Unidad Boston, que se encuentra en remodelación desde 1993 hasta 1995. En el boletín de junio-julio Combarranquilla lanza la noticia y allí mismo publico un artículo con el título Mundos en colisión, referente al inminente choque del cometa Sl-9 con Júpiter.

Junio: la junta directiva de la fundación decide nombrarme como director del planetario próximo a inaugurarse; la decisión fue casi unánime, pues la única excepción fue su presidente, quien renuncia tras su derrota.  Llega a Barranquilla el VHS con el video de Stephen Hawking y es difundido ampliamente.

Junio 20 a julio 1: realizo el primer curso de capacitación de docentes en astronomía con financiación de la Secretaría Municipal de Educación.

Julio 16: con mi autoría El Heraldo publica una página entera dedicada al cometa Shoemaker-Levy 9, próximo a estrellarse con Júpiter.

Julio 16 al 22: el cometa Shoemaker-Levy 9 se estrella con Júpiter.  Por primera vez ojos humanos observan un fenómeno de esta magnitud.

Agosto:  V Encuentro Internacional de Astronomía en Medellín. Del Big Bang al Big Bounce. Participo y empiezo a integrarme a la comunidad de astrónomos profesionales y aficionados. 

Segundo semestre: realizo múltiples presentaciones y conferencias en colegios (por ejemplo, Humboldt, Marco Fidel Suárez, Hebreo, Británico, etc).

Agosto: desarrollo una sección de ciencia y tecnología en el magazín de Telecaribe Frecuencia Intermedia que dirige Hugo González desde agosto de 1994 hasta diciembre de 1995.

Agosto 24 a septiembre 24: dicto segundo curso de capacitación de docentes en astronomía con la financiación de la Secretaría Municipal de Educación de Barranquilla.

Octubre 5: dicto conferencia sobre Karl Popper en la Universidad del Atlántico con motivo del fallecimiento del filósofo unos días antes, el 17 de septiembre.

Octubre 19 a noviembre 3: dicto curso de capacitación de docentes en astronomía financiado por la Secretaría Departamental de Educación del Atlántico.

Noviembre 28 a diciembre 1: se realiza en la Universidad de los Andes en Bogotá la I Escuela Nacional de Astrofísica.  Participo en ella junto a la comunidad nacional de astrónomos profesionales y aficionados.

1995:

Febrero 10: conferencia sobre Estanislao Zuleta en la Biblioteca Piloto del Caribe.

Marzo 19: publico un artículo sobre Estanislao Zuleta, el intelectual transgresor en la revista dominical de El Heraldo.

Marzo 7 al 11: dicto en la Universidad del Atlántico el seminario de 15 horas Cosmología y Filosofía, del Big Bang a los agujeros negros.  En las 5  sesiones participa un auditorio bastante numeroso de estudiantes y docentes.

Mayo 20: realizo la Maraton Radial de Ciencia y Tecnología de 12 horas de duración sin descanso por FSI radio.

Mayo 25: se inaugura el Planetario de Barranquilla en la nueva Unidad Boston de Combarranquilla y empiezo mis funciones como director. En la práctica el trabajo había empezado ad honorem desde antes, con la puesta a punto del proyector, el diseño de funciones y material didáctico.

Junio 7: primera función del planetario al público barranquillero.  El diseño de la programación incluía funciones para colegios de lunes a viernes, funciones familiares en fines de semana, funciones especiales los miércoles en la noche y sábado en la tarde y la Tertulia Científica de entrada libre los jueves en la noche, evento que se volverá multitudinario.  Las funciones tenían 4 partes: una proyección con diapositivas y la proyección del domo en la sala oscura y una charla y un recorrido en la sala iluminada.

Es pertinente señalar que el planetario cuenta con una novedosa forma de conectividad: la superautopista de la información llamada Internet.  A partir de este momento la red de datos empieza a ser parte de nuestras vidas.  

Julio 23: es descubierto el cometa Hale-Bopp, el más visible en décadas.

Segundo semestre: se realiza la Primera Feria Departamental Intercolegial de la Ciencia y la Creatividad organizada por el Planetario con el apoyo de Combarranquilla. En 1996 se hará la segunda y en 1997 la tercera.

Organizamos desde el planetario la Jornada Ambiental Futuro Verde.

Septiembre 28 a Octubre 8: V Expociencia – Expotecnología en Corferias.  Más entrevistas y contactos con la comunidad científica.  Empezamos a traer invitados nacionales a Barranquilla.

Noviembre: realizo un ciclo en tres jueves de Tertulia Científica sobre el origen y evolución del universo, de la vida y de la especie humana.  Varios años después este enfoque macrohistórico será conocido como Big History.

1996:

En este año el cometa Hale-Bopp empieza a ser visible con telescopios de aficionados.

Se organiza en el planetario el primer Foro Pedagógico enfocado hacia el sector del magisterio.  Posteriormente se realizaran otros foros similares en el segundo semestre y en los dos semestre de 1997.

Participo en el Encuentro Regional de Investigadores en Cartagena.

A lo largo de esta época realizo múltiples colaboraciones en programas de Telecaribe como D´Colores, A que no lo sabes, Televista fin de semana.

Presentamos a la Universidad Nacional Programa Re-Creo que dirigía Julián Betancur, un proyecto para la creación del Centro Interactivo de la Ciencia y el Juego.  Inicialmente presentamos durante 4 meses una muestra itinerante. Finalmente ganamos y el proyecto fue implementado con el apoyo de Combarranquilla, de tal manera que ahora la oferta educativa era doble: planetario + centro interactivo.  Más adelante el centro interactivo se transformaría en Imagenia que aún existe.

Junio 12: conferencia en el Encuentro Zonal de Ciencia, Tecnología y Pedagogía del Sena.

Agosto: se inicia en la Universidad del Norte, en convenio con la Universidad del Valle, la maestría en filosofía con 2 énfasis: filosofía de la ciencia y ética – filosofía política.  Participo del énfasis en filosofía de la ciencia.

Agosto 15: II Encuentro Nacional de Astronomía en el planetario de la UTP en Pereira.  Presento la ponencia: Epistemología y divulgación de la astronomía.  Aparece en las Memorias del Encuentro.  La ponencia es citada por José Gregorio Portilla en la página 19 de su libro Elementos de astronomía de posición editado por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional, año 2001.  Adicionalmente me traigo la sede del siguiente Encuentro para Barranquilla.

Realizamos en el planetario el concurso literario de ciencia ficción Isaac Asimov.  En 1997 se haría una segunda versión.

Septiembre 1: publico en revista dominical de El Heraldo el artículo En la muerte de Thomas Kuhn, homenaje al fallecido físico, filósofo e historiador.

Septiembre 3: Soy nominado ante la ACAC por Humberto Martínez Tejada, Coordinador de la Comisión Regional de Ciencia y Tecnología, como candidato al premio nacional al mérito científico en la categoría de divulgación científica.  En 2004 el premio será otorgado a la persona jurídica Fundación Amigos de la Astronomía, lo cual fue un error, pues el mérito era para Combarranquilla, la entidad que realmente apoyó el proyecto Planetario, como lo prueba el hecho de que Combarranquilla finalizó el convenio con la fundación y mantuvo el planetario en funcionamiento.

Septiembre 17 a 20: XI Convención Científica Nacional en Armenia con el tema Apropiación social de la ciencia.  Estuvo presente Rodolfo Llinás.  Hago entrevistas para El Sonar del Búho.

Octubre: realizo a lo largo de 4 jueves de Tertulia Científica un ciclo sobre filosofía de la ciencia, popularizando ideas metacientíficas del Círculo de Viena, Karl Popper, Thomas Kuhn, Imre Lakatos y Paul Feyerabend.

1997:

En el primer semestre organizamos la primera Olimpiada de Astronomía en el Atlántico. Las semifinales y la final se realizan en el auditorio de la Universidad Autónoma del Caribe y son transmitidas en vivo por Telecaribe en el programa que esta universidad tenía en horas de la tarde.

Febrero: Combarranquilla compra para el planetario un telescopio computarizado Meade LX-200 de 12 pulgadas de diámetro con cámara CCD.  Las observaciones dan un salto cualitativo.

Abril 3: perihelio del cometa Hale-Bopp.  Durante muchos meses este cometa fue visible a simple vista, batió varios récords y fue uno de los factores que más ayudo a la popularización de la astronomía y las salidas de observación.

Abril 8: conferencia Paradigmas en la ciencia económica en la Universidad del Atlántico.
Producción del video institucional del planetario.

Junio 5: se crea el Capítulo Atlántico de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia A.C.A.C. El evento se realiza en la sala del planetario y cuenta con la presencia del presidente de ACAC, Eduardo Posada.  Se elige la junta directiva del capítulo y por unanimidad, como presidente, al suscrito.

Agosto 15 al 18: Encuentro Nacional de Astronomía Enrique García Luján.  Tengo una copia en papel de las Memorias (anillado). Participan Observatorio Universidad Nacional, UTP, UIS, U. Sergio Arboleda, ASAFI, Astronal, ACDA, ASASAC, grupo Halley, Escuela de Astronomía de Cali, CEAUA, Antares, GEA, Sociedad Julio Garavito, entre otros. 

Agosto 18: Se crea la Red de Astronomía de Colombia RAC el 18 de agosto de 1997 en Solinilla, Salgar, Puerto Colombia.

Agosto 21-22: Foro Regional de Ciencia y Tecnología.  Evento de alto nivel con invitados nacionales. Organizado por María Eulalia Arteta (Comisión Regional de CyT), Marieta Quintero y Jorge Senior (Director del Planetario) y el apoyo de las universidades.

Octubre 1 al 8:  V Expociencia – Expotecnología en Corferias.  Participamos con stand. El premio nacional al mérito científico en divulgación científica es otorgado a AUPEC, la agencia de periodismo científico de Univalle, con la cual tuve oportunidad de colaborar en varias ocasiones en temas astronómicos.

Finaliza mi contrato en el cargo de director del planetario  y el centro interactivo.

Desarrollo un proyecto de videos documentales denominado Con ciencia Caribe, financiado por la Comisión Regional de Ciencia y Tecnología. Desafortunadamente se acaban los recursos y luego es disuelta la Comisión en el gobierno Pastrana.  Quedaron los archivos en Uninorte.

1998:

Febrero 26: eclipse total de sol visible en el Caribe colombiano.  Transmito en vivo y en directo el espectacular acontecimiento por Telecaribe y Señal Colombia desde la azotea de Telecom en Valledupar.

Después de los eventos del eclipse deja de emitirse en abril El Sonar del Búho que a lo largo de 5 años produjo más de mil emisiones en diversos campos de la cultura, especialmente en ciencia, tecnología, filosofía y ecología.  Para 1998 estoy en transición de la divulgación científica a la academia y empiezo a ejercer la docencia tradicional en universidades.

Se crean CEAUA y Programa Caribe XXI.

Mayo 26-28: presento ponencia sobre Karl Popper en el XII Foro Nacional de Filosofía en Cartagena.  Hacía 8 años que no presentaba ponencia en el foro.
Dicto curso en el Centro cultural Cayena de la universidad del Norte: La cultura científica en la historia de la civilización occidental.

Julio 12: publico en revista dominical de El Heraldo el artículo La guerra de las ciencias dedicado al escándalo Sokal.  Tiempo después saldrá el libro de Sokal y Bricmont.

Julio 21: publico un artículo en El Heraldo titulado Pacto por el desarrollo con una crítica a la gobernación.  El gobernador ordena a la Secretaria de Planeación elaborar una respuesta.

Carmen Martin (Secretaria Departamental de Planeación), María Eulalia Arteta (coordinadora de la Comisión Regional de Ciencia y Tecnología) y yo como Director del Capítulo Atlántico de la ACAC impulsamos la creación del Comité Departamental de Ciencia y Tecnología (Codecyt) (que después será Codecti y aún perdura). No se pudo por ordenanza, así que tocó expedir el Decreto 501 de 1998.
Septiembre 29: conferencia Ciencia y Tecnología en la Región Caribe en la Universidad Simón Bolívar.

Octubre: el ministerio de educación organiza Feria Educativa y Foro Pedagógico Nacional en Bogotá, en el cual participo.

Noviembre 4 a 8: se celebra en Bucaramanga la XII Convención Científica Nacional.  El recién nombrado director de Colciencias, el barranquillero Álvaro Mendoza Arango, que antes era funcionario de Monómeros, me pide que le escriba el discurso inaugural.  Lo hago, con énfasis en la sociedad del conocimiento, pero lo rechaza por “veintejuliero”, según dijo.  Hasta el día de hoy seguimos discutiendo, pues casi nunca estamos de acuerdo.  De todos modos estuve presente en la convención.

1999:

Abril 20: en el marco del Conversatorio Filosófico dicto la conferencia Contra el método, dedicada al pensamiento de Paul Feyerabend. Teatro Amira De la Rosa.

Mayo 20: lanzamiento del libro Metaciencia, ensayos sobre ciencia y filosofía, autoría de Jorge Senior. Es una recopilación de artículos escritos durante la maestría en filosofía de la ciencia.  Este evento se realiza en el Centro Cultural Comfamiliar. Monómeros ayudo a su publicación.

En esta cronología no incluyo la docencia, pero vale hacer una excepción con las asignaturas Cosmología I y II que orienté en la Facultad de Educación entre 1999 y 2001. Licenciatura en ciencias naturales.

Dicto un segundo curso en Centro cultural Cayena: Panorama de la ciencia en el siglo XX.

Septiembre 24 – octubre 3: VI Expociencia – Expotecnología en Corferias.

Noviembre 28: publico en El Heraldo “El día que el universo se torció”, aniversario 80 de los resultados de las observaciones de Eddington probando las predicciones de Einstein.

2000:

Enero 20: soy el invitado especial de Manuel De la Rosa en su programa de Telecaribe Puntos de Vista.  El tema: astronomía vs astrología. Esto sucedió porque Manuel había hecho un programa invitando a una astróloga.  Ante mi protesta indignada por todos los medios decidió invitarme. Me despaché.

Incluyo en el Plan Distrital de Cultura la propuesta de un planetario distrital en Barranquilla.  Nunca se implementó.

Con el patrocinio de Celcaribe saco una columna quincenal de ciencia en El Heraldo a lo largo del año.  Temas de todas las ciencias y de tecnología.

Marzo: presento ponencia sobre geometrías no euclidianas y su impacto en cosmología en el primer Congreso Nacional de Filosofía de la Ciencia en la Universidad Nacional. Se crea la Asociación Colombiana de Filosofía de la Ciencia ACFC. De allí nacerá también la Revista Colombiana de Filosofía de la Ciencia con el apoyo de la Universidad del Bosque.  En el número 4-5 aparece mi ponencia.

Junio 22:  lanzamiento de mi libro titulado Destellos sobre el abismo y que lleva como subtítulo Cuadernos de ciencia, filosofía y educación.  En este texto se recogen varios escritos de astronomía.

Hago parte de la Junta Directiva Nacional de la ACAC reemplazando a Paulo Orozco que asume la alcaldía de Bogotá debido a la renuncia de Antanas Mockus.  También hago parte del Comité Editorial de la revista Innovación y Ciencia, Vol. IX, No. 1 y 2, años 2000 y 2001.

Diciembre: conferencista invitado en Congreso Iberoamericano de Astronomía en la Universidad del Atlántico. Evento organizado por CEAUA.

2001:

Septiembre 9: publico en la revista dominical de El Heraldo el artículo Wittgenstein, el ingeniero filósofo. El artículo aparece con recortes.  No vuelvo a publicar en la revista dominical.

Septiembre 18: doy la conferencia inaugural de la I Conferencia Internacional de Filosofía de la Ciencia y de la Tecnología en el auditorio principal de la Universidad del Norte ante una pléyade de filósofos de América y Europa.  Este gran evento fue organizado por la maestría en filosofía de la ciencia del convenio Uninorte-Univalle.  La razón por la que dí este discurso es porque fui escogido para ello por los estudiantes y profesores de la maestría, un honor que agradezco.  Este discurso filosófico está publicado como primer capítulo del libro Holosapiens: pensar la ciencia, editado por la Universidad del Atlántico.  En el libro el capítulo se titula: Paisajes del pensamiento en rápidas pinceladas y narra la historia de la teoría del conocimiento y la filosofía de la ciencia desde los griegos hasta el presente.

El evento de la conferencia internacional del 18 al 21 de septiembre es doble.  En esa misma semana la Universidad del Norte es sede de la pirmera Cátedra de CTS+i de la OEI y Colciencias.  Tendré la oportunidad de asistir y participar en los 8 capítulos de esta Cátedra en 8 ciudades de Colombia, gracias a una beca de la OEI.

2002

Febrero: conferencista invitado en Lunes de debate, Escuela de Filosofía de Univalle, Cali.

Mayo 23-24: Organizo el primer Encuentro Regional de Ciencia, Tecnología y Sociedad con la Universidad Simón Bolívar.

Agosto 8 y 9: organizo el Encuentro Regional de Investigadores con la Universidad Simón Bolívar, la Corporación Siglo Veinti-2 y la financiación de Colciencias. Hago el discurso inaugural.

Septiembre: conferencista invitado en la Corporación Universitaria del Sinú en Cartagena.

Soy elegido presidente del Comité Departamental de Ciencia y Tecnología, función que ejerzo hasta 2004.

2003:

Septiembre:  Conferencista invitado en Encuentro de Ingeniería Universidad Autónoma del Caribe.

Septiembre 24-26: con el patrocinio de la Universidad de Cornell participo en representación de Colombia en el Congreso Comunicando la Astronomía en Iberoamérica en Arecibo, Puerto Rico. Ponencia: Obstáculos epistemológicos en la enseñanza de la astronomía. Guardo las memorias en archivo en papel.

Octubre 28: en mi calidad de presidente del Comité Departamental de Ciencia y Tecnología publico un artículo de página entera en El Heraldo titulado Ciencia y tecnología para vivir mejor.  Este artículo hace parte de un número especial del periódico con motivo de sus 70 años.

2004:

La fundación Amigos de la Astronomía gana el premio nacional al mérito científico en divulgación científica.  Un error garrafal de la ACAC pues el premio debió ser para Combarranquilla, que ha sido y sigue siendo el verdadero soporte del planetario.  Algún tiempo después se disolvió el convenio entre la fundación y Combarranquilla y así terminó la suerte para la fundación que languideció en el ostracismo, sin planetario y en medio de conflictos internos, terminando por desaparecer.  Por cierto, el premio de divulgación científica ha sido otorgado a iniciativas que luego de ganarlo han desaparecido. Eso evidencia la dificultad de hacer divulgación en Colombia.

Octubre 28: en calidad de presidente del Comité Departamental de Ciencia y Tecnología publico un artículo de página entera en El Heraldo titulado Innovación tecnológica para el crecimiento, referente a la investigación Agenda prospectiva de la industria de alimentos adelantada por una alianza de universidades.

2005:

Agosto: soy contratado como director de investigación de la Universidad Libre Seccional Barranquilla y se inicia otra etapa que será mucho más de gestión que de divulgación.  Sin embargo, en los años subsiguientes fui editor de más de 60 publicaciones de la Universidad Libre, miembro del Comité Editorial de dos de sus revistas, Ingeniare y Academia Libre y autor de numerosos artículos y algunos textos, sin abandonar del todo la dinámica de conferencias divulgativas en el planetario y otros lugares de la ciudad, el país o en eventos internacionales.