Tim Maudlin sobre filosofía de la mecánica cuántica: Teoría física, interpretación de Copenhague y realismo científico.
Traducción libre de extractos de la Introducción a Filosofía de la Física II: teoría cuántica de Tim Maudlin.
Una teoría física debería
responder clara y francamente dos preguntas fundamentales: qué hay y qué hace.
La respuesta a la primera es la ontología de la teoría y a la segunda es la
dinámica. La ontología debería tener una definida descripción matemática y la
dinámica debería ser implementada por ecuaciones precisas que describan como
evolucionará o evolucionaría la ontología.
La interpretación de Copenhague
no cumple estas demandas. Hay poco acuerdo acerca de qué es lo que postula este
abordaje de la teoría cuántica sobre lo que existe o cómo la dinámica puede ser
formulada sin ambigüedades. Actualmente la expresión es usada con frecuencia
como una forma abreviada de referirse a un instrumentalismo general que trata
al aparato matemático de la teoría simplemente como un dispositivo predictor,
sin comprometerse para nada con una ontología o dinámica. Ese dispositivo
predictor es lo que Maudlin llama “la receta cuántica”. En ocasiones, aceptar
la interpretación de Copenhague se entiende como la simple decisión de usar la
receta cuántica sin más preguntas: cállate y calcula. Tal actitud rechaza la
aspiración de proporcionar una teoría física, como la definimos arriba. Por
tanto la interpretación de Copenhague ni siquiera está en la búsqueda de una
descripción del mundo físico y de lo que éste hace.
Además de rechazar la
terminología usual de “teoría cuántica” vs. “interpretación de la teoría
cuántica” en favor de “receta predictiva” vs. “teoría física”, y además de
ignorar la cuestión histórica de qué (si algo) cuenta como interpretación de
Copenhague, este trabajo difiere de la mayoría de discusiones estándar en una
tercera manera. Se ha vuelto de rigor que la literatura sobre los fundamentos
cuánticos sistemáticamente usa de modo equívoco los términos ‘realista’ y ‘antirrealista’
(en inglés son 4 términos: realist, realistic, antirealist y antirealistic).
Estos términos tienen un significado preciso en filosofía de la ciencia, el
cual parece ser poco familiar para la mayoría de los físicos. Y no es sólo que
estos físicos usen los términos de manera equívoca, es que más bien ellos los
manejan sin significado alguno. Esto ha tenido consecuencias terribles para las
discusiones sobre los fundamentos de la teoría cuántica.
En el propio sentido del término,
las teorías físicas no son realistas ni antirrealistas. Eso es un error
categorial, como se suele decir. Es la actitud de una persona hacia la teoría
física la que es realista o antirrealista. (Pone el ejemplo de Osiander y
Galileo respecto a la teoría copernicana).
El realista científico mantiene
que, al menos en algunos casos, tenemos buenas razones probatorias para aceptar
teorías o afirmaciones teóricas como verdaderas, o aproximadamente verdaderas,
o en camino de ser verdaderas. El antirrealista lo niega. Estas actitudes
vienen en gradientes: se puede ser un realista científico leve, medio o fuerte
y asimismo el antirrealista. En últimas, es un asunto de epistemología y teoría
de la confirmación.
Extracto y traducción libre de la introducción de Filosofía de la Física II: Teoría Cuántica. Publicado en 2019 por Princeton University Press.
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