sábado, febrero 12, 2022

Los peores enemigos de las causas justas son sus malos defensores

 Por muy buena que sea una causa, el fanatismo siempre la puede dañar.  Por tal razón, el peor enemigo de una buena causa no son sus detractores directos sino sus malos defensores.  Me refiero a aquellos que levantan una justa bandera pero luego, llevados por el fanatismo, caen en exageraciones, radicalismos, distorsiones y moralismos maniqueos, los cuales terminan socavando la credibilidad de lo que se defiende.  El pensamiento fanático lleva al predominio de lo emocional e irracional sobre la razón y el conocimiento bien fundamentado.  Convierte al partidario en un dogmático sectario, cerrado a la banda, incapaz de asimilar realidades y evidencias o de reflexionar de modo ecuánime sobre argumentos alternativos.

Ese fenómeno lo hemos visto a lo largo de la historia en diversos movimientos sociales que persiguen causas justas: la igualdad, la justicia social, la equidad de género, que no haya discriminación racial, la defensa del medio ambiente y de los animales no humanos, la aceptabilidad de la diversidad sexual y, en general, la lucha por las libertades individuales y colectivas.

Que el fanatismo de las causas injustas, como son todas aquellas que buscan la aniquilación, dominación o primacía de unos sobre otros, sea más peligroso y perjudicial para la humanidad, no nos exime de ser profundamente críticos del fanatismo de las causas justas.  En cierto sentido este último es peor, pues cierra caminos de esperanza y cercena la posibilidad de progreso hacia una mejor sociedad.  Una vez el fanatismo ha hecho su labor destructiva (que el fanático es incapaz de ver), podemos decir al estilo colombiano que “esa opción se quemó”.

Nota: estos tres párrafos constituyen el inicio de la columna titulada Hipopótamos invasores, animalismo y ciencia publicada en el portal periodístico El Unicornio el sábado 12 de febrero de 2022.  Esta introducción general al tema de la columna, que era el animalismo y el caso de los hipopótamos colombianos, tiene validez por sí misma, por lo que es pertinente publicarla aquí.  Es una idea que vale la pena desarrollar en futuras entradas del blog o en un artículo.  Una idea que aplica para los diferentes movimientos sociales y para la Izquierda.

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