lunes, agosto 30, 2021

La tiranía del mérito de Michael Sandel



En esta entrada presento algunos comentarios al vuelo sobre el libro La tiranía del mérito del profesor de Harvard, Michael Sandel, publicado en 2020.  Subtítulo: ¿Qué ha sido del Bien común?  

Por lo pronto no tengo tiempo para una reseña, a pesar de que recomiendo la lectura de la obra.

El libro es una crítica a la meritocracia, argumentada de manera muy ordenada en un lenguaje accesible a un público amplio, sin perder por ello un ápice de rigor.  No es trata de una crítica al mal funcionamiento de la meritocracia, algo que eventualmente pudiera corregirse, sino a su lado oscuro intrínseco.  

Comparada con la aristocracia, la meritocracia aparece como muy progresista, pero en realidad no contribuye a la igualdad.  Por el contrario, la desigualdad que produce es tan aguda como la aristocrática y con un agravante: ya no es culpa de factores fuera de control sino de las propias personas.

En el desarrollo argumentativo aparecen algunos análisis dicotómicos:  mérito vs gracia; autosuficiencia vs impotencia; soberbia vs humildad; ética del dominio vs ética de la fortuna; providencia vs fortuna.

El mérito es analizado en diversos aspectos: lotería genética, herencia, esfuerzo, contribución social.  Sandel lo cuestiona en esos cuatro aspectos.

Hay un análisis de la igualdad de oportunidades y de la movilidad social, conceptos que definieron la estrategia apoyada por el progresismo liberal, pero que no resolvieron el problema de la desigualdad, sino que por el contrario la agudizaron de 1980 al presente.

En perspectiva histórica cuenta el origen de la idea meritocrática, desde la religión en tiempos de la Reforma protestante (siglo XVI) hasta el neoliberalismo y la globalización de los últimos 40 años.  Una idea que caló en la derecha y la izquierda y sirvió para ese deslizamiento hacia la derecha y el consenso de Washington del liberalismo progresista estadounidense, el laborismo británico y la socialdemocracia europea.

Explica el fenómeno del populismo de derecha, especialmente ejemplificado en la victoria de Trump en 2016 y el Brexit.  Los carentes de credenciales, es decir, de educación universitaria, son los perdedores de la globalización apoyada por la élite progresista (deslocalización de la industria, la automatización y el desbalance en la correlación de fuerzas entre patrono y trabajadores (dicho en términos nuestros).

Muestra como la educación superior es la variable principal para explicar y predecir al votante estadounidense y también las "muertes por desesperación" (suicidios, sobredosis, enfermedades hepáticas producidas por alcohol).

Hay una crítica al "credencialismo", término que se refiere a las credenciales académicas en la hoja de vida. Y en general hay una fuerte crítica al sistema de educación superior por sus criterios de selección supuestamente meritocráticos, ideados por James Conant, aquel rector de Harvard en los 40 y 50 que influyó en Thomas Kuhn.  El autor cita a  Michael Young, quien hace 60 años escribió El triunfo de la meritocracia y vió lo que Conant no vió.

La meritocracia supone que tenemos el control de nuestro destino, la autorrealización: si triunfamos es un logro merecido y si fracasamos es nuestra culpa.  También supone que el valor de mercado del salario es indicador del valor moral del trabajador.  Dos tesis que Sandel rebate.  El autor muestra el lado oscuro de la meritocracia, la desvalorización del "perdedor" en la estima social y en la autoestima.  No puede culpar a nadie más que a sí mismo y debe soportar la soberbia de los triunfadores.  

Dos de cada tres estadounidenses no tiene título universitario.  En el caso del trabajador blanco, supuestamente privilegiado por raza y sexo, no tener título es un fracaso abrumador.  No es sólo un asunto de justicia retributiva sino de justicia contributiva (la primera relacionada con el consumo y la segunda con la producción) y de respeto al trabajo. El progresismo se concentró en la primera y olvidó la segunda.  Esto ayuda a explicar la revuelta populista de derecha.  Nota: Smith y Keynes están con el consumo, pero Aristóteles, Hegel, Durkheim y la doctrina social católica no, estos están con la producción. Sandel no lo dice, pero ahí debió mencionar a Marx.

Casi todo el libro es diagnóstico, análisis.  Pero hay algunas propuestas al final. En el tema de las universidades propone un proceso selectivo que involucre la suerte.  En política tributaria propone disminuir impuestos al trabajo y aumentarlos al sector financiero, cuya contribución a la sociedad es dudosa. Sandel no propone una igualdad de resultados como alternativa a la igualdad de oportunidades sino una amplia igualdad de condiciones de vida digna (incluye un concepto interesante: cultura de aprendizaje extendida).  Esta parte propositiva es débil, el fuerte del texto es el diagnóstico.

Comentario adicional: este libro encaja con la Historia mínima del neoliberalismo de Fernando Escalante (ver reseña en este blog), con el texto de Piketty (El capital en el siglo XXI) y con mi columna y video sobre "1980, el año en que todo cambió".  Me refiero a la historia del capitalismo en el siglo XX y su periodización razonada.  Algunos creen que el capitalismo siempre ha sido lo mismo, que hoy es igual al siglo XIX.  Pero en 1980 hubo un viraje profundo.  Los invito a ver el video, he aquí el hipervínculo:

Video 1980 el año en que todo cambió


1 comentario:

Sigue las reglas de la argumentación racional