Páginas

miércoles, septiembre 16, 2020

Comentarios iniciales a La Actitud Científica de Lee McIntyre

 


Pre-Reseña de La Actitud Científica de Lee McIntyre (MIT, 2019)

Por Jorge Senior

Tras leer la Introducción y los 4 primeros capítulos elaboro este comentario sobre el libro, ejercicio que servirá después para escribir la reseña.

La Actitud Científica (en adelante AC) es un libro que retoma el hilo de los clásicos, en especial Popper, Kuhn y Laudan (también, pero en menor medida, el empirismo lógico y Merton).  No es, por tanto, un libro de filosofía de alguna ciencia particular, sino filosofía de la ciencia en general. Básicamente retoma el problema de la demarcación para darle un giro con un propósito: la defensa de la ciencia (también comprender la ciencia y desarrollarla). 

Esa defensa muestra otra carácterística del texto: no es academicista, no es la típica obra escrita desde la torre de marfil. A diferencia del típico filósofo profesional, McIntyre entiende y asume la importancia política central de la ciencia en el siglo XXI y su punto de partida es que la ciencia está bajo ataque. Incluso menciona la Marcha por la Ciencia de 2017.  Indudablemente el negacionismo del cambio climático de Trump y un vasto sector de la sociedad estadounidense es un acicate para este esfuerzo argumentatitivo del autor, así como el movimiento antivacunas. Fue publicado en 2019, por tanto no sale la pandemia del novel coronavirus, pero si hubiera salido este año incluiría sin duda las teorías conspiranoicas sobre la pandemia.  El creacionismo defendido por el fundamentalismo evangélico cristiano (base social del Partido Republicano y mayoría política en muchos estados del centro de EEUU) es otro referente de la deliberación pública y judicial estadounidense sobre la ciencia, en este caso relacionado con la educación (en este punto aparece en escena el filósofo de la biología Michael Ruse).  El ataque posmodernista, más evidente en Europa como enemigo de la ciencia, es mencionado pero no aparece de manera nítida, en los primeros capítulos por lo menos.  Este carácter dialéctico se vislumbra en el título completo o subtítulo que hace referencia al negacionismo, el fraude y la pseudociencia.

Su principal contrincante actual dentro de la filosofía de la ciencia parece ser Massimo Pigliucci.  Un libro mencionado muchas veces en el texto es Filosofía de la Pseudociencia, una recopilación con capítulos de múltiples autores (Universidad de Chicago, 2013). Toca leerlo.

McIntyre, decíamos, retoma el hilo del problema de la demarcación, recapitula la discusión desarrollada en el siglo XX.  Muestra que debe precisarse la demarcación respecto a qué, pues al principio se trataba de deslindar ciencia y metafísica, luego apareció el reto de la pseudociencia.  McIntyre engloba todo lo que no es ciencia en el término “Non-scientific”.  Pero este campo se divide en “Un-scientific” (que se refiere al arte, la filosofía, etc, campos que no pretenden o aspiran a ser ciencia) y pseudociencia (astrología, creacionismo, etc, que sí pretenden ser ciencia).

El autor analiza los intentos de solución lógica o metodológica al problema de demarcación desde la exigencia planteada por Laudan de condiciones necesarias y suficientes. McIntyre recapitula los problemas que llevaron a esos esfuerzos a un callejón sin salida y entonces lanza su propuesta de criterio, el concepto de “actitud científica”.  El autor no considera que esta propuesta solucione el problema de demarcación, pero indica que sí sirve para lo que verdaderamente importa: defender a la ciencia.  Al hacerlo argumenta a favor de la superioridad epistémica de la ciencia, su privilegio epistémico, una posición que comparto plenamente.  Esta alternativa no es lógica o metodológica, pues se introduce en el campo de los valores y actitudes.  Y algo muy importante: la actitud científica es condición necesaria pero no suficiente y el autor argumenta que precisamente esa es su ventaja.  De hecho, el capítulo 4 (por ahí voy) es una magistral argumentación lógica a partir del manejo de las categorías de “necesario” y “suficiente”.  Por eso considero a este capítulo 4 como excepcionalmente bueno para estudiantes de filosofía, por esa brillante demostración de manejo de la pareja conceptual mencionada, una herramienta fundamental en el quehacer filosófico.

Al ser condición necesaria pero no suficiente, el criterio AC puede servir para detectar lo que no es ciencia, pero no sirve para caracterizar o identificar a la ciencia, es decir, para delimitar qué es ciencia.  Pero no importa, puesto que se trata de poner en evidencia a los charlatanes, pseudocientíficos, negacionistas y también sirve para señalar la mala ciencia, pues McIntyre lo propone como un criterio normativo, no descriptivo.  Por esta misma razón el criterio normativo AC puede servir también para desarrollar científicamente aquellos campos que aspiran ser ciencia, como las “ciencias sociales”, que el autor reconoce aún están deficientes de AC (en el índice veo que hay un capítulo dedicado a las ciencias sociales).  En este punto el autor aún no ha precisado su criterio en términos prácticos: ¿cómo se identifica la AC en el mundo real?  Pero promete hacerlo en subsiguientes capítulos.

Comentario crítico:

En el libro aparecen errores inconcebibles como calificar de “elíptica” la trayectoria de una bola pateada en la superficie de la Tierra, o poner el problema de la precesión del perihelio de la órbita de Mercurio como algo que venía merodeando desde antes del siglo XIX.  Asimismo, en algún momento parece aceptar la tesis vieja de Popper sobre el carácter no falsable de la biología evolutiva, algo que el propio Popper reconoció como error y por tanto ni siquiera valía la pena de ser mencionado.  El criterio de falsación no deja a la biología evolutiva por fuera de la ciencia.

Otro comentario que me suscita el texto es que lo que el autor viene llamando AC se corresponde muy bien con el “pensamiento crítico” (PC) o “critical thinking”.  En un escrito sobre el tema expuse que el PC tiene 3 aspectos: el actitudinal, el evaluativo (detector de falacias y sesgos, que es la parte de mayor enseñabilidad) y el contenido científico de referencia (cosmovisión científica).  La AC corresponde al aspecto actitudinal del PC.  En ese mismo escrito menciono que el pensamiento crítico es el hermano gemelo del pensamiento científico o, dicho en otras palabras, es el pensamiento científico aplicado a la vida cotidiana, en condiciones de incertidumbre y sin mayor control de variables.

Me interesa mucho un capítulo que aún no he leído, que se refiere a la historia de la medicina, pues es el tema que estoy trabajando actualmente. En uno de los capítulos que leí, McIntyre menciona el trajinado ejemplo de Semmelweis (muy usado en CTS) y el de la fusión en frío, para ilustrar la AC y la ausencia de AC.  

Para estudiar Introducción a la Lógica, McIntyre recomienda Beginning Logic de EJ Lemmon (Cambridge, MA: Hackett, 1978).



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Sigue las reglas de la argumentación racional