Pre-Reseña de La Actitud Científica de Lee McIntyre (MIT,
2019)
Por Jorge Senior
Tras leer la Introducción y los 4
primeros capítulos elaboro este comentario sobre el libro, ejercicio que servirá después
para escribir la reseña.
La Actitud Científica (en
adelante AC) es un libro que retoma el hilo de los clásicos, en especial
Popper, Kuhn y Laudan (también, pero en menor medida, el empirismo lógico y
Merton). No es, por tanto, un libro de
filosofía de alguna ciencia particular, sino filosofía de la ciencia en
general. Básicamente retoma el problema de la demarcación para darle un giro
con un propósito: la defensa de la ciencia (también comprender la ciencia y
desarrollarla).
Esa defensa muestra otra
carácterística del texto: no es academicista, no es la típica obra escrita
desde la torre de marfil. A diferencia del típico filósofo profesional, McIntyre
entiende y asume la importancia política central de la ciencia en el siglo XXI
y su punto de partida es que la ciencia está
bajo ataque. Incluso menciona la Marcha por la Ciencia de 2017. Indudablemente el negacionismo del cambio
climático de Trump y un vasto sector de la sociedad estadounidense es un
acicate para este esfuerzo argumentatitivo del autor, así como el movimiento
antivacunas. Fue publicado en 2019, por tanto no sale la pandemia del novel
coronavirus, pero si hubiera salido este año incluiría sin duda las teorías
conspiranoicas sobre la pandemia. El
creacionismo defendido por el fundamentalismo evangélico cristiano (base social
del Partido Republicano y mayoría política en muchos estados del centro de
EEUU) es otro referente de la deliberación pública y judicial estadounidense
sobre la ciencia, en este caso relacionado con la educación (en este punto
aparece en escena el filósofo de la biología Michael Ruse). El ataque posmodernista, más evidente en
Europa como enemigo de la ciencia, es mencionado pero no aparece de manera
nítida, en los primeros capítulos por lo menos.
Este carácter dialéctico se vislumbra en el título completo o subtítulo
que hace referencia al negacionismo, el fraude y la pseudociencia.
Su principal contrincante actual dentro
de la filosofía de la ciencia parece ser Massimo Pigliucci. Un libro mencionado muchas veces en el texto
es Filosofía de la Pseudociencia, una
recopilación con capítulos de múltiples autores (Universidad de Chicago, 2013).
Toca leerlo.
McIntyre, decíamos, retoma el
hilo del problema de la demarcación, recapitula la discusión desarrollada en el
siglo XX. Muestra que debe precisarse la
demarcación respecto a qué, pues al principio se trataba de deslindar ciencia y
metafísica, luego apareció el reto de la pseudociencia. McIntyre engloba todo lo que no es ciencia en
el término “Non-scientific”. Pero este campo se divide en “Un-scientific” (que se refiere al arte,
la filosofía, etc, campos que no pretenden o aspiran a ser ciencia) y pseudociencia (astrología, creacionismo,
etc, que sí pretenden ser ciencia).
El autor analiza los intentos de
solución lógica o metodológica al problema de demarcación desde la exigencia
planteada por Laudan de condiciones necesarias y suficientes. McIntyre
recapitula los problemas que llevaron a esos esfuerzos a un callejón sin salida
y entonces lanza su propuesta de criterio, el concepto de “actitud científica”. El autor no considera que esta propuesta
solucione el problema de demarcación, pero indica que sí sirve para lo que
verdaderamente importa: defender a la ciencia.
Al hacerlo argumenta a favor de la superioridad epistémica de la
ciencia, su privilegio epistémico, una posición que comparto plenamente. Esta alternativa no es lógica o metodológica,
pues se introduce en el campo de los valores y actitudes. Y algo muy importante: la actitud científica
es condición necesaria pero no suficiente y el autor argumenta que precisamente
esa es su ventaja. De hecho, el capítulo
4 (por ahí voy) es una magistral argumentación lógica a partir del manejo de
las categorías de “necesario” y “suficiente”.
Por eso considero a este capítulo 4 como excepcionalmente bueno para
estudiantes de filosofía, por esa brillante demostración de manejo de la pareja
conceptual mencionada, una herramienta fundamental en el quehacer filosófico.
Al ser condición necesaria pero
no suficiente, el criterio AC puede servir para detectar lo que no es ciencia,
pero no sirve para caracterizar o identificar a la ciencia, es decir, para
delimitar qué es ciencia. Pero no
importa, puesto que se trata de poner en evidencia a los charlatanes,
pseudocientíficos, negacionistas y también sirve para señalar la mala ciencia,
pues McIntyre lo propone como un criterio normativo, no descriptivo. Por esta misma razón el criterio normativo AC
puede servir también para desarrollar científicamente aquellos campos que
aspiran ser ciencia, como las “ciencias sociales”, que el autor reconoce aún
están deficientes de AC (en el índice veo que hay un capítulo dedicado a las
ciencias sociales). En este punto el
autor aún no ha precisado su criterio en términos prácticos: ¿cómo se
identifica la AC en el mundo real? Pero
promete hacerlo en subsiguientes capítulos.
Comentario crítico:
En el libro aparecen errores
inconcebibles como calificar de “elíptica” la trayectoria de una bola pateada
en la superficie de la Tierra, o poner el problema de la precesión del
perihelio de la órbita de Mercurio como algo que venía merodeando desde antes
del siglo XIX. Asimismo, en algún
momento parece aceptar la tesis vieja de Popper sobre el carácter no falsable
de la biología evolutiva, algo que el propio Popper reconoció como error y por
tanto ni siquiera valía la pena de ser mencionado. El criterio de falsación no deja a la
biología evolutiva por fuera de la ciencia.
Otro comentario que me suscita el
texto es que lo que el autor viene llamando AC se corresponde muy bien con el “pensamiento
crítico” (PC) o “critical thinking”. En un
escrito sobre el tema expuse que el PC tiene 3 aspectos: el actitudinal, el
evaluativo (detector de falacias y sesgos, que es la parte de mayor
enseñabilidad) y el contenido científico de referencia (cosmovisión
científica). La AC corresponde al aspecto actitudinal del PC. En ese mismo escrito menciono que el
pensamiento crítico es el hermano gemelo del pensamiento científico o, dicho en
otras palabras, es el pensamiento científico aplicado a la vida cotidiana, en
condiciones de incertidumbre y sin mayor control de variables.
Me interesa mucho un capítulo que
aún no he leído, que se refiere a la historia de la medicina, pues es el tema
que estoy trabajando actualmente. En uno de los capítulos que leí, McIntyre
menciona el trajinado ejemplo de Semmelweis (muy usado en CTS) y el de la
fusión en frío, para ilustrar la AC y la ausencia de AC.
Para estudiar Introducción a la Lógica,
McIntyre recomienda Beginning Logic
de EJ Lemmon (Cambridge, MA: Hackett, 1978).
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