En el editorial de la revista Ingeniare (No. 23, 2017) propuse que el pensamiento crítico tiene tres componentes:
- Actitudinal: disposición contra el autoengaño, apetito por la verdad
- Evaluativo: detección de sesgos y falacias
- Contenido: referencia en el acumulado de la ciencia
En La Actitud
Científica, Lee McIntyre referencia al libro de Cass Sunstein titulado Infotopia: How Many Minds Produce Knowledge
(cómo muchas mentes producen conocimiento).
Sunstein sustenta, con base en hallazgos experimentales, lo
siguiente: en general, en lo que se refiere al razonamiento humano, tres
conclusiones se extraen:
- Los grupos piensan o razonan mejor que los individuos
- Los grupos interactivos lo hacen mejor que grupos de meros agregados
- Los expertos lo hacen mejor que los no expertos.
Resumiendo 3 en 1 podemos decir que los grupos interactivos de expertos optimizan el razonamiento humano. La institucionalidad de la ciencia, por
ejemplo, ha de ser terreno fértil para tal optimización por su carácter de
comunidad abierta y pública que maximiza la interacción grupal de expertos y a
un segundo nivel la interacción intergrupal en redes.
El pensamiento en grupo tiene, sin embargo, ciertos riesgos:
el efecto de autoridad (si el grupo es jerarquizado), el efecto cascada (quien
habla primero influye más), entre otros sesgos psicológicos. En casos donde
estos efectos negativos logran predominar no sólo se diluyen las ventajas del
pensamiento en grupo sino que hasta se vuelve contraproducente. (Hay que analizar, por ejemplo, el efecto de las ideologías
en el pensamiento grupal).
Sunstein propone los siguientes criterios para eludir o
minimizar esos riesgos:
- Los grupos deben apreciar el disenso como una obligación
- La crítica debe ser valorada positivamente
- Hay que estimular el rol de “abogado del diablo”
Tales criterios aluden al pensamiento crítico.
La conclusión, en mi concepto, se resume así: Las redes de grupos interactivos de expertos con pensamiento crítico optimizan el razonamiento humano basado en la evidencia.
Además de desarrollar e incentivar al "abogado del diablo" en cada uno, puede ser efectivo, para evitar el efecto del que habla primero, el trabajo en subgrupos independientes.
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