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domingo, mayo 17, 2020

La guerra viral


Estimado lector: tome nota de la dimensión de esta guerra mundial.  Enfrentados a un ejército de incontables virus nanométricos, el imaginario estado mayor de la especie humana abre cuatro frentes de guerra y despliega cientos de operaciones investigativas. Veamos:

Primer frente: Virología molecular. Objetivo: conocer al enemigo SARS-CoV-2 y encontrar sus puntos débiles.  La partícula viral no es un ser vivo, pero comparte con estos material genético, replicación, mutación y evolución. Su ciclo reproductivo incluye cuatro fases: infección, replicación, ensamblaje y escape para diseminarse por el entorno.  Cada fase es un potencial punto débil para ser atacado.  El teatro de operaciones es el laboratorio y hace falta mucha investigación básica para derrotar al minúsculo enemigo.  Mes a mes el trillonario ejército viral se va diversificando, no porque sea astuto -ya que carece de inteligencia- sino por variación y selección, como nos enseñó Darwin.

Segundo frente: Fisiopatología para el contraataque clínico.  Objetivo: mejorar las defensas de los Homo Sapiens.  En este frente subimos al nivel de tejidos, órganos y subsistemas del organismo humano.  Tratamos de entender cómo afecta el virus la salud de las personas hasta eventualmente matarlas, sin sevicia ni alevosía, pero sí a la manera implacable de la naturaleza.  Pulmones, hígado, corazón, tormentas de citoquinas, porfirina, hemoglobina, son muchos nuestros potenciales puntos vulnerables, aunque el Sapiens, como todo animal, tiene su propio sistema inmune para defenderse de invasores.  Pero nuestro sistema inmune tampoco tiene inteligencia, sino mecanismos falibles de reconocimiento químico que algunos llaman “memoria”.  Y puede equivocarse.  No deja de ser irónico que uno muera, no por acción directa del virus, sino por sobrerreacción inmunológica.  Es como si un mosquito te está picando en el brazo y le disparas con un revólver 38 y mueres desangrado.  Conocer los mecanismos fisiopatológicos de la Covid lleva su tiempo.  La presión lleva a los científicos a publicar preprints con todo tipo de resultados a medias, parciales, inconclusos.  A veces la desnudez de la ciencia puede volverse un tanto grotesca: a la luz de los reflectores, médicos desesperados y también algunos oportunistas ensayan tratamientos a ciegas, volándose los protocolos refinados por siglos de experiencia. 

Tercer frente: la epidemiología.  Objetivo: obtener información sobre el despliegue de fuerzas enemigas en las poblaciones y tratar de prever sus futuros movimientos.  En este frente tenemos una poderosa arma: la matemática.  Esa es la buena noticia.  La mala es que esa arma funciona con municiones que escasean: los datos.  Sin olvidar que en cada país son muchas las variables en juego pues este terreno pertenece a las ciencias sociales.  En este frente no se gana la guerra, su función estratégica radica en ganar tiempo, para que el segundo frente pueda dar los golpes decisivos.  Al aconsejar la estrategia del repliegue económico adrede, como hizo la URSS en la segunda guerra mundial trasladando fábricas a la retaguardia, la epidemiología expone a la sociedad un difícil dilema: economía vs salud.  No faltan los que torpemente quieren matar al mensajero.  Tal dilema es objetivo, no un invento de los epidemiólogos.  La sociedad decide o deja que los gobiernos decidan por ella.

Cuarto frente: salud pública.  Objetivo: garantizar la logística de guerra.  Se resume en camas, UCI, respiradores, hospitales, contingentes de profesionales de la salud, laboratorios, testeos, bases de datos, producción de elementos necesarios para implementar protocolos sanitarios y de bioseguridad, financiación de investigaciones, racionalización de recursos, accesibilidad a tratamiento igualitario.  Desafortunadamente este frente sufre de politización e ideologización crónica y notoria ausencia de cientificidad.  La capacidad de los sistemas públicos de salud en muchos países ha sido socavada por décadas de neoliberalismo y la privatización pone la vida humana en las manos amorales del mercado.  Si el virus pensara, diría: “en este frente gano la guerra, pues tengo muchos aliados entre los políticos”.

He ahí el panorama sanitario, que no bélico. ¿Qué puede hacer la ciudadanía?  Apoyar y aprender del primer y segundo frente, y ser un proactivo partisano comprometido en los frentes tercero y cuarto.  Hasta la victoria.

Publicado en elunicornio.co como primera parte de una columna doble el 10 de mayo de 2020 (aniversario 80 de la blitzkrieg y la llegada de Winston Churchill al cargo de Primer Ministro británico).


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